Educación innovadora, encaminada a motivar al alumno y a hacerle partícipe de un proyecto que además tenga un fin social. Es la filosofía de una iniciativa de estudiantes del colegio Miralvalle, que han presentado a la empresa de limpieza y al ayuntamiento diseños de papeleras específicas para los chicles y que el consistorio ha asumido y está dispuesto a realizar.

Porque aprender queda ya lejos de memorizar, el colegio lleva apostando desde hace años por nuevos enfoques de aprendizaje y así, y como destacó el alcalde en la visita que realizaron los alumnos para presentarle el proyecto, normalmente se acude al ayuntamiento en busca de ayuda y es difícil encontrar a personas que aporten soluciones. Es lo que han hecho estos estudiantes.

Así, según explica la profesora Isabel Hernández, la idea surge "del impacto que siente el alumnado al observar en la ciudad las manchas que causa el abandono de chicles en el pavimento. Esta inquietud les lleva a buscar soluciones que traten de paliar el problema, proponiendo al ayuntamiento un método sencillo que facilite la recogida y limpieza de los chicles".

Para ello, recogieron información, entrevistaron a profesionales de la limpieza municipal, diseñaron bocetos de papeleras, e incluso realizaron estimaciones de coste de los materiales necesarios. El resultado fue un trabajo que presentaron a la empresa y al alcalde y que ha gustado. Tanto que el ayuntamiento se ha mostrado dispuesto a asumirlo y ya ha decidido que la primera papelera estará situada en la plaza de Isabel La Cabrera, en las traseras de la iglesia de Santa Ana, punto de reunión de muchos jóvenes cada semana.

El diseño es sencillo, mide 1,60 centímetros de alto y consta de una parte superior con círculos donde se pegarían los chicles y que "se retirarían fácilmente con una espátula"

Los chicos están "orgullosos de nosotros mismos". Destacan las ventajas de trabajar por proyectos porque "tenemos confianza en nosotros" y que han aprendido "a diseñar, a hacer entrevistas y a hablar en público".