La Escuela de Arte de Mérida es un claro ejemplo de cómo una formación que comenzó con carácter altruista se convirtió en una gran institución docente en la que no sólo imparten clases grandes profesores, sino que sus alumnos tienen un gran prestigio. Entre el personal docente se encuentra el ceramista Rafael Ortega, quien recibió hace años la Medalla de Extremadura.

La Escuela de Arte de Mérida se creó en 1932 por iniciativa de Tomás Sanchís, Juan de Avalos y Vicente Sánchez. En principio impartió clases nocturnas a los soldados del Cuartel de Artillería de la ciudad y en la década de los sesenta sus enseñanzas comenzaron a ser oficiales. Poco a poco fue entrando en el mundo de la formación reglada.