TLteía no hace mucho en este diario que "cada libro cedido por una biblioteca pública nos costará 20 céntimos". La noticia, como socio de la SGAE, me impactó y rápidamente me puse a investigar. Después de recorrer la página web de la entidad y no encontrar nada al respecto averigüé que no es la SGAE quien hace esta reclamación sino Cedro, la entidad de gestión que se encarga de proteger los derechos de los editores. Comprobé también que esta tarifa no se aplica cada vez que el libro es prestado, confusión bastante generalizada, sino sólo una vez cuando la biblioteca adquiere el libro para su préstamo.

La función de las bibliotecas públicas debe ser la de acercar la literatura a todos, ¿pero tiene que ser de manera absolutamente gratuita? 20 céntimos por libro, con independencia de las veces que se preste, es una cantidad más que accesible y que ataja la crítica que tradicionalmente se le ha hecho a la industria cultural: precios demasiado elevados. ¿Acaso 20 céntimos por cada libro que una biblioteca adquiere para que cientos de personas puedan disfrutar de 6 o 7 horas de apasionante lectura no es un buen precio? Pocas cosas ya cuestan tan poco y proporcionan tanto placer.

Debemos ser conscientes que cediendo sus creaciones a las bibliotecas públicas los autores están asumiendo la pérdida de potenciales clientes que pagarían por su obra en una librería. Somos los creadores, al igual que ocurre con la música en plataformas como Spotify, los primeros interesados en que nuestra obra se conozca, por eso el precio es simbólico en este tipo de ventanas de explotación en donde el usuario no posee la obra sino que simplemente la disfruta de su uso durante un periodo determinado.

En este sentido, creo que lo que hace Cedro, al igual que el resto de entidades de gestión colectivas de derechos, es garantizar que los autores reciban una justa remuneración por sus obras. En cualquier circunstancia, si un autor desea que no se cobre esa pequeña tasa está en su derecho de hacerlo constar junto al ISBN, al mismo tiempo que exige que no se copie miserablemente como viene siendo norma en todas las publicaciones.