Al igual que el edificio inaugurado en 1916 y reformado en 1971, el rehabilitado Carolina Coronado presenta, como sus antepasados, problemas de acústica en el interior del recinto. El jueves, en el estreno en Almendralejo de la obra Siete hembras sin piedad , muchos espectadores que ocuparon asientos en el patio de butacas, no así en los palcos, mostraron su malestar por la dificultad para poder escuchar los diálogos de los actores durante la representación.

Esta postura la apoyan expertos de la música y el teatro. El director del conservatorio, Tomás Bote, confirmó que el Carolina Coronado tiene mala acústica, en parte, porque los procenios han desaparecidos por medidas de seguridad y el vacío en la sala es mayor. Por su parte, el director de la compañía Samarkanda, Fermín Núñez, ratificó esa idea al considerar que la altura del edificio facilita que el sonido rebote y se oiga con deficiencia.

De todos modos, los responsables del teatro son conscientes de las carencias que aún tiene el edificio tras la remodelación. En ese sentido, el alcalde de Almendralejo, José María Ramírez, apuntó que está previsto la colocación de alfombras en los pasillos del patio de butacas para "evitar así que el ruido y el sonido que salen del escenario reboten".

Finalmente, según adelantó a este diario Ramírez, otras mejoras, que aún están pendientes de realizar en el teatro, son, por ejemplo, la de bordar el escudo de Almendralejo con unos ribetes en el telón del escenario.