Siete profesores y 18 alumnos de institutos de Finlandia, Eslovenia y Hungría están esta semana en Almendralejo para trabajar en un proyecto de emprendimiento educativo en el que está integrado el Santiago Apóstol, que participa con otro grupo de estudiantes y docentes. Los cuatro centros forman parte de un plan educativo de movilidad llamado Erasmus +, que está financiado por la Unión Europea. El lema del programa es Habilidades empresariales del futuro, pensado para que los participantes aprendan a conocer las técnicas empresariales y los modelos de negocio que existen en Europa, con sus distintas particularidades.

Este programa suele acoger alumnos de los cursos de bachillerato, es decir, más próximos a la Universidad, donde los conceptos adquiridos son mucho más aprovechables. Esta semana es el IES Santiago Apóstol el que ejerce de anfitrión del proyecto. Su coordinador, Javier Cerrato, explica que «trabajamos en el aula e integramos la cultura emprendedora dentro de los contenidos en la materia de inglés, complementando con experiencias en empresas, simulaciones de entrevistas de trabajo y herramientas que puedan utilizar para cuando abandonen los institutos».

Desde el instituto Santiago ya han viajado a Eslovenia, Finlandia e Hungría. En concreto lo han hecho 19 alumnos y 12 profesores. Los docentes también aprovechan los viajes para hacer visitas a las aulas, ver cómo se ejerce la enseñanza en otros centros de Europa e intercambiar herramientas pedagógicas con otros compañeros.

Durante la semana, los alumnos húngaros, finlandeses y eslovenos van a visitar la Residencia de Emprendedores Europeos de Almendralejo y conocerán de cerca el trabajo que desarrolla The Glow, que trabaja en la película de animación 2D Buñuel en el laberinto de las tortugas, en la Factoría de la Innovación. Los alumnos de fuera aterrizaron el domingo en Madrid, y ayer por la mañana asistieron al acto de inauguración de la semana del centro en el IES Santiago Apóstol, que coincide con este intercambio.

TRES AÑOS / El programa tiene una duración de tres años y acaba el próximo junio. Los alumnos tienen que elaborar en este tiempo modelos de negocio con lo aprendido y también conocerán la cultura y patrimonio de las ciudades que visitan.

Andrea Lavado es una de las estudiantes que ha vivido esta la experiencia en primera persona. Ella estuvo el pasado octubre en Finlandia, donde visitó algunas empresas con su grupo de trabajo. «Era la primera vez que salía al extranjero y el choque cultural me impresionó. Socializan de otra manera y los modelos de negocio también varían», explica.

Andrea también destaca que le impresionó especialmente una empresa dedicada a acelerar proyectos: «Tiene una forma de trabajar distinta. Son personas con mentalidades muy abiertas. Te pedían tus ideas y sabían escuchar atentamente lo que les contabas». Esta joven asegura que, hasta la fecha, no se había planteado montar una empresa, pero después de lo visto «me ha hecho ilusión poder montar mi propio negocio», asegura.