Antonio Sánchez Santos, más conocido popularmente como 'Periane', ha sido elegido como bodeguero de honor para las fiestas de la Piedad y Feria de la Vendimia 2016, en reconocimiento a una gran trayectoria de casi 70 años en el sector vitivinícola. Con 79 años recién cumplidos, Periane aún no está jubilado y es gerente desde hace más de dos décadas de Bodegas Periane, una empresa familiar que comandan en diferentes puestos sus tres hijos: Román, Lola y Fernanda.

Como él mismo se define, Periane es un hombre de campo de toda la vida. Su padre fue agricultor y ya en la década de los 20 del pasado siglo comenzó con el negocio del vino. Sin embargo, murió pronto, al igual que uno de sus hijos, siendo Antonio y Román, uno de los hermanos del protagonista, los que decidieron seguir con la empresa. En 1998 decide emprender en solitario y fundar la bodega que ostenta la denominación actual, comenzando una etapa en la que, pese a la edad, ha tenido que ir adaptándose a la modernización del sector vitivinícola y la llegada de las nuevas tecnologías para la elaboración de los vinos.

Actualmente, Bodegas Periane tiene una producción anual de unos 12 millones de litros de vinos, aproximadamente. Su mayor mercado radica en la exportación, cifrándose en un 75% de ventas de la producción total. Países como Portugal, Italia o Francia son sus principales clientes, además del mercado nacional. Sólo vende cantidades a granel, con grandes contratos, obviando la línea del embotellado. Define a su vino como "el de toda la vida en Almendralejo", ya que explica que hay mucha gente que prefiere el caldo clásico a las modernas variedades que están surgiendo.

Periane se divide en tres bodegas: dos en Almendralejo y otra en Lobón, recién inaugurada el pasado año. En esa zona y en Talavera la Real cuenta con viñedos propios. Han ampliado en varias ocasiones sus instalaciones, aunque asegura que "nos gusta ir poco a poco". No obstante, el crecimiento no cesa y recientemente han comenzado a dar los primeros pasos para la ampliación de un solar donde edificar más instalaciones. Para los Periane, el principal activo de su bodega son los trabajadores. Nunca se han obsesionado con los vinos embotellados y han tenido muy claro cuál era su campo de actuación.

Pese a su edad, Periane va casi todos los días al campo y a la bodega. Asegura que tiene pensado jubilarse y, como dice su hijo, "es de los que quiere morir con las botas puestas". El alcalde dijo que es un reconocimiento a "la profesionalidad, el trabajo, la humildad y el fruto de muchos años". Periane sabe que su bodega tiene el futuro asegurado con el trabajo de sus tres hijos, cuya implicación en el proyecto familiar es total. Además, presume de que algunos de sus nietos ya han empezado a pisar la bodega y sueña que los haya que sigan creyendo en esta forma de vivir.

Una de las anécdotas que guarda les ocurrió recientemente. Su hija y él llevaban habitualmente vino a un hombre de 95 años. "Era una garrafina de vez en cuando, pero el hombre estaba muy bien". No duda en señalar que sus vinos tenían parte de culpa. "Algo tendrán los vinos de Periane", dijo.