La urbanización del segundo tramo de la calle Francisco Pizarro, comprendido entre Cantones y Vistahermosa, estará finalizada dentro de un mes, ya que solo falta que terminen los trabajos de jardinería, alumbrado, asfaltado y señalización de la vía.

La empresa Senpa inició la obra en marzo y tras siete meses de trabajo la acabará en el plazo previsto. De momento, han renovado las redes de saneamiento y abastecimiento, ampliado y mejorado los acerados para el nuevo tramo, que será peatonal, e instalado el alumbrado público, pero que no se conectará hasta que quiten el actual.

Solo falta colocar la nueva plantación, pavimentar la calle y pintarla. Además, tienen que terminar de hacer una fuente --ubicada dentro de la zona ajardinada del transformador de la luz-- y la remodelación de otra que está en una de las paredes del parque de El Espolón.

La urbanización de la calle ha afectado a 5.500 metros cuadrados y para ello el ayuntamiento ha invertido 644.881 euros. Entre los trabajos realizados también está la construcción de un nuevo espacio peatonal de 1.500 metros cuadrados ubicado en la confluencia con José Luis Mesías. Para aparcar, habrá 84 plazas.

DE SENTIDO UNICO Este tramo será de sentido único --hacia el centro--, por lo que los vehículos que procedan de Vistahermosa deberán seguir para abajo y no podrán girar a la derecha, hacia la calle José Luis Mesías.

No obstante, el concejal de Urbanismo, Fernando Bote, señaló ayer que han habilitado un carril en la nueva zona peatonal con un pavimento especial que podrá ser abierto cuando estos cambios de tráfico no sean productivos y la circulación no sea fluida o haya una emergencia.

Por otro lado, los comerciantes de la calle mostraron ayer su satisfacción por el arreglo, pero pidieron celeridad por el asfaltado y la apertura al tráfico. Todos coinciden en que "debería ser prioritario abrirla para que puedan pasar los coches por ella", y consideran que tenía que haberse asfaltado antes de hacer la zona peatonal. "Nos da igual que falten árboles o que esté sin pintar, lo único que queremos es que los coches puedan pasar", señaló uno de los comerciantes.

Esta no es, sin embargo, la primera vez que se quejan en público. La primera fue a principios de verano, para demandar celeridad en las obras y para que la primera actuación que se hiciera fuera arreglar el acerado.