Las Candelas quemaron anoche el tsunami que asoló el sudeste asiático hace ahora un mes. Como marca la tradición, los almendralejenses representaron en la pantaruja los malos deseos que el fuego debe eliminar en un acto de purificación. Ayer, más de cuarenta candelas según fuentes del ayuntamiento, más del medio centenar según el Centro de Iniciativas Turísticas (CIT), ardieron en la capital de Tierra de Barros.

Las hogueras comenzaron a arder a las ocho de la tarde, después del habitual repique de campanas que sonó desde la torre de Los Almendros en la parroquia de la Purificación. Las autoridades municipales prendieron la llama de la hoguera oficial, que un año más se ubicó en los exteriores del Palacio del Vino y la Aceituna.

Con el calor de las llamas, los asistentes a la fiesta pudieron degustar los productos típicos que se elaboraban en cada una de las candelas, en su mayoría instaladas por colegios, asociaciones o bares. A esto hay que añadir que en la candela oficial, los miembros de la asociación cultural y folclórica del Tierra de Barros animaron la velada con una muestra de bailes y músicas regionales a cargo de sus grupos de danza juvenil y también de perfeccionamiento.

En definitiva, un capítulo más de una fiesta que data del siglo XVI coincidiendo con la creación del templo de la parroquia de Nuestra Señora de la Purificación, también conocida en algunos escritos de la época como de Nuestra Señora de la Candelaria.

Los actos de esta fiesta de interés turístico tendrán su prolongación hoy con la presentación de los niños y niñas nacidos en el 2004. Será a las doce de la mañana en la Purificación. Luego, a las siete de la tarde habrá una procesión por los aledaños de dicho templo y una misa cantada a cargo de la Coral de Almendralejo.