Espronceda, Carolina, tertulias literarias, recitales poéticos, duelos de pistolas y un baile de sociedad. Cosas que pertenecen al siglo XIX y que Almendralejo las recuerda cada año en su Ruta Literaria del Romanticismo. Esta vez haciendo un sitio al producto en auge, el cava.

Así, la ciudad celebró ayer dos eventos con los que pretende convertirse en el lugar de referencia de la cultura y la gastronomía de la región. La ruta, en su novena edición, y el fin de semana del cava, en su segunda. Ambos, que aparentemente no tienen nada que ver, pero que ayer encontraron su mejor sinergia para complementarse. La zona centro, ambientada con decorados de la época romántica y unos comerciantes que también iban ataviados con trajes de época y engatusaban a sus clientes con copas de cavas. Los hosteleros se sumaron y también con sus trajes ofrecían tapas típicas del Romanticismo como sorbetes de clavel o huevos con capota. Todo aderezado con cava. Y las asociaciones volcadas, como siempre, con esta ruta.

Una escenificación del poema El reo de la muerte , de Espronceda abrió el certamen en la madrugada del viernes. Ya ayer, un cortejo formado por personas ataviadas con trajes de la época recorrió la ciudad presenciando las diferentes actividades que los colectivos habían preparado: recital de La canción del pirata , por parte de alumnos del Antonio Machado, homenaje del Batallón de La Albuerta a Fernández Golfín (nacido en Almendralejo), homenaje de Manuel Alvarez Cortés y Toni Mesías a Carolina y Espronceda, Abasal con una demostración de los bailes y juegos populares de ese siglo, juegos del grupo de scouts y recreación de una escuela de la guardería Güeña. Ya por la tarde, la asociación Zaragata enseñó la ciudad del Romanticismo, Ventana Literaria y las amas de casa recrearon una tertulia, el grupo de flamenco de Carmen La Parreña actuó, se representó la zarzuela El dúo de la africana y se terminó con un baile de sociedad. Así, Carolina y Espronceda recibían el homenaje de sus paisanos.