La aprobación definitiva de la cuenta general del ejercicio 2016 centró el debate de la sesión plenaria en la que se aprobó, con los votos a favor del grupo popular y los votos en contra del grupo PSOE, un expediente de conversión de deuda de corto plazo consolidada a largo plazo por valor de 6,3 millones de euros. Con esta medida, según explicó el concejal de Asuntos Económicos, Francisco Lallave, se pretende corregir la inestabilidad presupuestaria con la que se cerró el 2016 y que está cifrada en un desajuste de 1.073.614,90 euros.

La cuenta general también detalla que hay un remanente líquido de tesorería en cifras negativas de 3.075.102,22 euros. Lallave indicó que los números no son los deseados y que se deben a desajustes presupuestarios heredados de la etapa socialista.

Desde el grupo socialista señalaron, en cambio, que estas cantidades se incrementan en medio millón de euros más porque se le adeuda cerca de 400.000 euros a la empresa encargada de la limpieza (Cespa) y otros 115.000 euros más al OAR, «unas cantidades que hay que pagar», destacó su portavoz, Piedad Álvarez.

Los socialistas creen que las cifras de la cuenta general son malas y ponen el énfasis en los 30 millones de deuda que tiene el ayuntamiento, la escasa venta de patrimonio que refleja el 2% del presupuesto, los defectos motivados por la ausencia de presupuestos elaborados y el aumento del pago medio a proveedores que, según los socialistas, ha pasado de 11 días de media a 126 en el último trimestre de 2016.

El alcalde José García Lobato defendió, por su parte. que esta medida, ajustada a ley de presupuestos, permitirá tener una mejor estructura financiera que sirva para que los proveedores cobren lo antes posible. Los socialistas criticaron que esta conversión de deuda a largo plazo se estipule en diez años, a lo que Lobato replicó que durante los gobiernos del PSOE se formalizaron operaciones de crédito a 20 años, de las que algunas no terminan de pagarse hasta el año 2030.