Dos operarios de una empresa privada trabajaron ayer durante toda la jornada en el derribo de los antiguos hangares del camino de Lobón. El ayuntamiento tomó esta decisión después de que el pasado lunes las dos últimas familias de rumanos que han ocupado las naves se marchasen de la localidad hacia Sevilla, para trabajar en la recolección de la naranja.

De todos modos, en la zona aún perduran muchos objetos que han dejado los anteriores inquilinos. Entre un olor insoportable se pueden ver desde colchones hasta ropa pasando por restos de comida repartidos por toda la superficie de los alrededores de los tres hangares.

La concejala de Servicios Sociales del consistorio, Esperanza Lozano, aseguró ayer que "el derribo de los antiguos hangares es la mejor solución para evitar que se generen nuevos asentamientos en el futuro". La propia Lozano desveló que durante los últimos tres meses aproximadamente la cifra de personas que han habitado las tres naves ya desaparecidas ha sido de un centenar. Además, según la responsable del área de Servicios Sociales eran temporeros de la etnia gitana que procedían tanto de Rumanía como de Portugal.

PARTIDO POPULAR Por su parte, el secretario segundo de la Asamblea de Extremadura y responsable de los temas agrarios en el Partido Popular, Fernando Baselga, aseguró que en el problema de la inmigración alguien miente. "La Junta asegura que hay mano de obra en la región para la recolección en Tierra de Barros, pero muy al contrario ha habido agricultores que se han tenido que arriesgar contratando a mano de obra ilegal, y algunos lo han pagado", dijo Baselga.

El diputado popular hizo estas declaraciones despúes de reunirse en Almendralejo con concejales de Agricultura de toda la comarca y con empresarios agrarios de la zona. En ese encuentro, también se habló de la reforma de la Política Agraria Común (PAC) que el propio Baselga calificó de "negativa para los agricultores de la región".