TDtisciplina y autoridad son palabras que hoy las utilizamos con mucha asiduidad. Estos son vocablos, que si bien su significado no ha sufrido transformación ninguna con el paso del tiempo, si que la interpretación de los mismos ha estado y está sujeta a la evolución de nuestra sociedad. Es en el ámbito educativo donde con mayor frecuencia toman formas tan diferentes según los casos y sus implicaciones. Y mi pregunta es: ¿Porqué, a veces, llegamos a confundir la autoridad y la disciplina como prepotencia y superioridad, y en algunos casos extremos como atentado contra el derecho a la libertad?. Creo que es en los Centros Educativos donde más podemos apreciar que estos conceptos se confunden muy a menudo y, se nos hace una tarea ardua el transmitirles a nuestros alumnos que deben cumplir una serie de normas que garanticen la convivencia entre todos. Por eso, a veces, nos cuesta hacerles comprender que el cumplimiento de esas normas y el respeto a la autoridad de todos los adultos que nos encontramos allí no implica que atentemos contra sus derechos, ya que uno de los deberes que tiene que cumplir es el respeto a la disciplina imperante en el Centro. Pero lo triste de todo esto no es que nuestros alumnos se rebelen contra toda disciplina y autoridad, sino que los padres nos dejemos influir y aceptemos como buena la visión que tienen ellos del orden y la autoridad. Por eso es necesario que nuestros hijos reconozcan en la figura de los padres y maestros a las personas que tienen la autoridad para hacer que las normas sean de obligado cumplimiento.