Hace 175 años el maestro Antonio Alvarez Cienfuegos comenzó a dar clases a un grupo de niños en un antiguo convento de Almendralejo que después se convirtió en un centro educativo que aún hoy sigue funcionando. Es el colegio público Ortega y Gasset. Desde entonces ha cambiado de nombre siete veces, ha sufrido múltiples obras de mejora y han pasado miles de maestros y alumnos por sus aulas. Esto le permite ser el colegio más antiguo de Almendralejo y de Extremadura y uno de los más longevos de España.

El convento de clausura de la Inmaculada Concepción se construyó a mediados del siglo XVI en la calle Harnina, pero con la desamortización, en 1836, pasó a formar parte de ayuntamiento. Fue un año después cuando ese edificio se convirtió en la escuela. El mal estado del inmueble obligó al ayuntamiento a ir haciendo obras poco a poco.

Ya en 1859 acudieron las primeras niñas a este colegio de forma independiente de los niños. Recibió entonces el nombre de Las Escuelas del Convento de la Concepción. Pero poco a poco los almendralejenses comenzaron a llamarles como Escuelas Harnina por encontrarse en la calle del mismo nombre. Aún hoy, muchos siguen llamando al colegio por ese nombre. Incluso la revista anual del centro se llama así o la asociación de madres y padres (Ampa).

En 1919 se cambió el nombre de la calle por Enrique Vázquez Camarasa y por ende el nombre del colegio, tras petición de los vecinos. Pero según recoge la profesora Isabel Collado en la página web del centro, seguían llamandole Las Escuelas Harnina. Una modificación en el sistema educativo del país con la implantación de las graduaciones provocó de nuevo un cambio de nombre, pasando a ser Escuela Nacional Graduada.

Reforma del edificio

Terminó la guerra civil y llegó el franquismo. La calle pasa a llamarse General Franco y el colegio Graduadas General Franco. En 1964, las escuelas se hacen mixta y adoptó el nombre de Agrupación Escolar Mixta General Franco.

Aunque se fueron haciendo obras de reforma y adaptación del edificio, en la década de los setenta el inmueble presentaba muchas deficiencias. Se hizo necesario demolerlo y construir otro. La intención del gobierno era cambiarlo de lugar y hacerlo en otro sitio porque no había espacio. Los padres de los alumnos, sin embargo, se opusieron, incluso hubo manifestaciones para evitarlo. Al final se decidió reconstruirlo donde estaba, dónde está ahora, provocando que se convirtiera en un edificio singular y siendo el único que tiene cuatro plantas de altura. Pero si esos padres no se hubiesen manifestado y se hubiese levantado en otro lugar, hoy no estarían hablando de esta historia y mucho menos celebrando su 175 aniversario.

En 1986, la corporación municipal decidió rotular la calle como Juan Carlos I y, por primera vez, poner un nombre diferente al colegio: Ortega y Gasset.

De todos estos años, el centro mantiene una imagen en piedra de la Inmaculada Concepción, una placa en la fachada recordando que antes fue un convento en el que la corporación liberal juró la Constitución de Cádiz en 1812 y la ilusión de los maestros por seguir educando y formando a los alumnos.

La historia de este colegio es también la historia de Almendralejo y la evolución que ha tenido permite conocer también la evolución de la educación en la ciudad y en el país.

El centro ha querido aprovechar este 175 aniversario para celebrarlo durante todo el curso. Su director, José Antonio Montosa, aseguró que "merece la pena", porque pocos centros educativos pueden presumir de 175 años de educación. Así, todas las actividades que realizan y harán están enfocadas en la "escuela antigua". Desde los carnavales o el día de la paz. Pero el centro prepara una exposición amplía con material diverso de estos 175 años. Desde documentos, fotografías o libros, que reflejen el paso del tiempo. Aún siguen recopilando el material, buscando entre antiguos alumnos y profesores. Esperan que a finales de abril puedan abrirla al público para que los almendralejenses conozcan los 175 años de enseñanza en el colegio 'Harnina'.