La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer tendrá un nuevo centro de día dentro de un año gracias al millón de euros donado por Caja Badajoz para su construcción y la cesión, por parte del ayuntamiento, del terreno, en la esquina de las calles Holanda y Alemania.

Este nuevo centro permitirá prestar servicio a 30 enfermos, frente a los 22 que la asociación atiende ahora en las instalaciones de la calle Palomas, que, según explicó ayer su vicepresidenta, Isabel Domínguez, se han quedado pequeñas "para poder prestar un buen servicio a estos enfermos y a sus familiares".

El alcalde José María Ramírez fue el que puso en conocimiento de Caja Badajoz, que aceptó costearlo, que el colectivo necesitaba financiación para el centro. Ayer, su presidente, José Manuel Sánchez Roja aseguró: "Nunca habíamos hecho una actuación tan importante como esta en Almendralejo para ayudar a un colectivo de estas características, aunque sí hemos contribuido de otra manera en la ciudad". La inversión que hará la entidad será de un millón, con el que se construirá el edificio, cuyo proyecto definitivo se presentará el día que pongan la primera piedra. Ayer solo se adelantó que ofertará 30 plazas para pacientes.

En el pleno de mayo se aprobará la cesión del solar al colectivo para que pueda comenzar las obras cuanto antes. "Una vez cedido el terreno, podrán empezar los trabajos, por lo que se calcula que para dentro de un año estará listo, aunque los trabajos para que el centro sea una realidad comenzaron hace mucho tiempo", señaló el alcalde.

LA GESTION NO CAMBIA La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer seguirá financiando su gestión como hace con el actual, a través de los aportaciones de sus socios y de las subvenciones que recibe de la Junta de Extremadura. La vicepresidenta informó de que la ampliación del número de enfermos a los que se prestará servicio les obligará a contratar a más personal. Ahora son siete personas las que hay en plantilla.

"Esto nos va a permitir que podamos atender mejor a los pacientes, aceptando solo a los que tengan diagnosticado alzhéimer, dependiendo de su estado --si están en fase inicial, moderada o grave-- separándolos por grupos, no que ahora están todo mezclados y hay que trabajar con ellos globalmente", comentó. "Lo único que queremos es mejorar la calidad de vida de los enfermos y de sus familiares, el servicio ha ido creciendo y las infraestructuras se han quedado pequeñas", añadió Domínguez, para justificar la necesidad del cambio.