Cuando en 1998 Narciso González llegó a la dirección de la banda municipal de música, el proyecto de tener una escuela como la que hoy existe en la ciudad era casi una utopía, pero al mismo tiempo un sueño por alcanzar. Y siguiendo esa célebre frase de que los sueños hay que perseguirlos hasta conseguirlos , Narciso se puso manos a la obra y comenzó a darle forma a esta idea. La escuela municipal de música nació un año después, aunque sin tantos recursos, proyectos ni organización como ahora.

Hoy en día, 16 años después, 125 alumnos se forman diariamente en sus instalaciones y aprenden la base del lenguaje musical que después les abrirá las puertas de esta rama cada vez más profesional. Desde niños de cuatro años hasta mayores que ven en este aprendizaje una manera más de disfrutar de un elemento tan cotidiano de la vida como es la música.

Esta semana se clausuró la temporada de la escuela con un precioso evento celebrado en el teatro Carolina Coronado al que asistieron todos los integrantes de las clases más sus profesores. Ha sido un año especial para la escuela de música que ha podido estrenar su nueva sede: "Hemos mejorado muchísimo. Cada grupo tiene su clase, podemos trabajar separados, las aulas están climatizadas e insonorizadas. Todavía falta algo más de espacio, pero estamos mucho mejor que antes", confiesa Narciso González. El conoce bien el pasado con etapas mucho peores, agradece el presente y mira con optimismo el talento que hay para el futuro: "Los pequeños tocan cada vez mejor", remarca.

La escuela no para en verano y, estar en constante actividad le hace seguir creciendo. Desde el 6 de julio abrirá sus actividades de verano para niños con cantajuegos musicales y manualidades.

La banda, además sigue dejándose oír en las fiestas de las barriadas y ahora se suma la enorme actividad que está potenciando el Instituto de Jazz y Música Moderna.

Narciso recuerda que, para los alumnos, la matriculación sigue abierta hasta el 29 de junio. En septiembre será para los de nuevo ingreso. Una vez puestas las bases, solo hay que dejar que la música siga sonando para seguir creciendo.