La idea surgió hace meses del almendralejense José María Gómez Bote. La contó para este diario y, aunque pareció algo utópico, estaba convencido de que podía hacerse realidad Dicen que los comienzos nunca fueron sencillos, pero ha dado su primer paso. José María, residente en Noruega desde hace año y medio en la pequeña localidad de Skudeneshavn, de unos 4.000 habitantes al suroeste del país, ha comprobado en este tiempo que existe una escasa oferta de viajes comerciales a Noruega por zonas menos conocidas. Sólo existen los clásicos paquetes turísticos a los fiordos noruegos, con recorridos similares y sin apenas variedad. Por ello, se le encendió la bombilla y empezó a diseñar un proyecto en el que ofertara viajes por rutas menos conocidas del país escandinavo. Un producto, además, exclusivo para extremeños, "con el objetivo de que tuvieran un viaje más cordial, cercano e íntimo, que a tantos kilómetros se agradece", asegura.

Así es como Marcelino, Lola, Trigoso y Charo, cuatro profesores del Norte de Extremadura, se lanzaron a un viaje que les ha llevado por lugares populares de Noruega y rincones casi desconocidos. José María Gómez ha sido su guía, enseñándole no sólo el paisaje, sino las tradiciones, costumbres y gastronomía. Como buen anfitrión, mostró primero su pequeño pueblo, de tradición de pescadores a orillas del brumoso Mar del Norte.

En el trazo de su viaje no faltan los elementos destacados de Noruega. Así marcharon también al famoso Preikestolen, en español El Púlpito. Con un temperatura agradable de 18 grados, la suerte también es importante en los viajes. Dentro de ese plan de conocer también la Noruega oculta asomaba la ruta hasta Syreneset Fort, un apacible enclave frente a la costa en el que los nazis ubicaron bunkers para proteger la isla de una posible invasión aliada. El camino llevó también al enclave vikingo de Avaldness.