TEtso que era una manchita, que si llega a ser un lamparón no se salvan ni Ceuta ni Melilla. Hoy el caso Gürtel lo conocen los niños de Primaria más que a la gripe "A". A modo de pandemia esta caterva de megapijos, jetas y sinvergüenzas en la orbita del PP que empezaron por Madrid, siguieron por Valencia, Castilla y León y en la Galicia de Manuel Fraga cuando él gobernaba, bien que se lo montaron. Su hombre fuerte Pablo Crespo con las manos en la masa lo ha reconocido: "menudo lío morrocotudo". El grupo PRISA que últimamente está encantado que se conozca su divorcio con ZP tirándole los trastos a la cabeza y dentelladas a la yugular ha encontrado un filón informativo que procurará no dejarlo hasta las generales del 2012. A Rajoy que si monta un circo le crecen los enanos, la migraña que está padeciendo no se la quita ni una tortilla de aspirinas. Su valedor político Aznar con su torpe capricho de la guerra de Irak y el 11M le hizo perder sus primeras elecciones. Parece mucha casualidad, demasiada, que todo este escándalo de malversaciones, cohechos y tráficos de influencias lo hayan tramado una patulea de personajillos y amiguetes cuyo denominador común fue el de ser todos ellos invitados a la boda de la hija del expresidente con el tal Alejando Agag ahora también noticia en los telediarios. Ya lo dijo San Vicente de Paúl : "El bien no hace ruido y el ruido no hace bien". Que aprendan a apagar la luz y a cerrar la puerta como ha hecho Fernando Bote. En España entre la crisis, el Gürtel y la Operación Faisán en la que nuestro paisano Victor García Hidalgo se ha lucido, hay mucho ruido, mucho, como canta Sabina.