A estas alturas de la vida, ya va siendo difícil el que nos sorprendan los políticos, pero sin embargo en una prueba más de nuestra inocencia, día tras día no dejamos de sorprendernos de vez en cuando por ellos. Desde hace varios días, y al menos hasta hace pocas horas, seguía en huelga de hambre en el lujoso salón rojo del Palacio de Gobierno de Bolivia el presidente Evo Morales y 14 dirigentes sindicales que se declararon en huelga de hambre junto a él, con el fin de presionar al Congreso para que apruebe la convocatoria a las elecciones generales de diciembre.

Los legisladores se niegan afirmando que el censo electoral tiene irregularidades, y se oponen entre otras cosas a que unos trescientos mil ciudadanos bolivianos que viven en el exterior voten desde las próximas elecciones, tal como pretende Morales. Entre otras cosas discuten la aplicación de un sistema digitalizado de registro ciudadano, así como ocho escaños (curules) en el Congreso exclusivamente para los indígenas.

Llama la atención este hombre de apariencia primaria, con actitudes como esta que comentamos, que afronta reformas y cambios en su país con una decisión que ya la quisiéramos para mucho de nuestros actuales dirigentes. Mucho me temo que de esto sólo quede la anécdota y, caso de que la cosa le salga bien al presidente boliviano, no es de extrañar que a alguno de nuestros políticos se le ocurra imitarlo.

Algunos, con tal de hacerse notar y de llamar la atención, no van a necesitar ni siquiera tener un buen argumento. Y sino al tiempo.www.ajescribe.blogspot.com.