Ellas mismas lo dicen: "hemos tenido que adelantar la hora de inicio porque si no nos dan las uvas aquí". Las uvas no, pero el café (de puchero) y los dulces caseros no faltan el primer jueves de mes en la sede de la Asociación de Amas de Casa Nuestra Señora de la Piedad.

Ayer tocaba. Y como la semana pasada fue la fiesta de Todos los Santos, no podían faltar en la mesa las castañas y los higos y el tradicional bollito de tosantos rellenos de nueces. Las amas de casa celebraron ayer su merienda del mes en la que siempre invitan a un personaje o cargo público para que les ofrezca información y pueda charlar con ellas. Ayer aprovecharon para hacerle entrega del dinero recaudado en la representación de una obra de teatro a Coronada Díaz para el Hogar Santa Ana de Perú.

El pasado mes, el grupo de teatro de la asociación se volvió a subir al escenario del teatro Carolina Coronado para poner en escena la obra Los aires de mayo y recaudar fondos para dicho centro. Como ya ocurrió la primera vez que la representaron, el teatro se llenó y pudieron recaudar una importante cantidad de dinero que servirá para los niños del Hogar Santa Ana peruano. La responsable de la oenegé que lleva el centro, Coronada Díaz, agradeció ayer el gesto y la colaboración que han tenido las amas de casa. Ayer, además aprovechó su visita a la sede para explicarles qué es el hogar Santa Ana, de que manera se benefician los niños peruanos de él y cuáles son las carencias y necesidades del mismo y los proyectos que tienen en marcha para ampliar sus servicios.

Visita del presidente

Se trata de largas conversaciones y meriendas de las que disfrutan las amas de casa y, sobre todo, los que acuden a participar en ellas por el servicio y por la cantidad de mujeres que acuden. Hasta el propio presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, sabe en qué consisten estas meriendas, ya que disfrutó de una de estas cuando era candidato a la presidencia en 2007.

Tras la larga tarde, solo queda recoger las sillas extras que han tenido que sacar --a veces se queda la sede pequeña del gran número de participantes-- y limpiar la cocina donde han preparado el café y los dulces. Un trabajo para el que se van turnando las socias. Después, a esperar la próxima merienda y la próxima visita. Y mientras, a seguir con los talleres de pintura o ensayar la próxima representación teatral.