TPtor fin ha llegado el tan esperado Obama. En primer lugar habrá que convenir que, a pesar de que a nosotros nos encanta definirnos no racistas, es impensable que al día de hoy, nosotros hubiéramos elegido de presidente a cualquier convecino nacido en otro país, menos de otra etnia, y mucho menos de color. Son tantas las expectativas y las esperanzas que Obama ha suscitado, que va a ser imposible que, pasados unos meses, tal como está el patio, no haya una decepción más o menos grande, tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo. A pesar del sistema tan presidencialista que es el sistema democrático norteamericano, va a ser muy difícil que el hombre más poderoso del mundo desde ayer, pueda solucionar tantos problemas, y mucho menos que tenga a su disposición, la colaboración de los poderes reales, los lobbies militares, económicos, políticos, mediáticos, etc. Por un lado, George W. Bush lo ha hecho tan mal, y con tan malas maneras, que es impensable que alguien pudiera hacerlo peor, de forma que todos esperamos que, al menos con el cambio de las formas y con el abandono, aunque sea parcial, de los fundamentalismos políticos y económicos que con tanto descaro ha gobernado EEUU y el mundo los últimos ocho años, algo cambiará para bien. Por cierto, ¿dónde está la social democracia europea, que aún no ha hecho balance y, en su caso, autocrítica, de las recetas ultra liberales con las que estos neocons nos han llevado a esta situación?, ¿dónde está esa izquierda que quiere cambiar y mejorar el mundo? www.ajescribe.blogspot.com.