Unos 100.000 trajes de carnaval en total, 80.000 al principio de la campaña en diciembre y entre 20.000 y 25.000 a finales de la misma, son los que suelen salir cada año del almacén de Casa Angel de Almendralejo a diferentes puntos del país con motivo de los carnavales, según señaló ayer uno de sus propietarios, Joaquín Horrillo.

Este almacén es uno de los principales distribuidores y puntos de ventas de tela en el país, ya que hay muy pocos de estas características en España. Así, esta empresa almendralejense especializada en tejidos cuenta con ventas en toda la península, las Islas Canarias y Portugal. "No quiere decir que por esas zonas no haya almacenes, pero en la mayoría de los casos nosotros somos los que suministramos el material y ellos lo venden directamente", comentó.

Durante estas fechas, la actividad de la empresa y las visitas a la misma se disparan debido a la celebración del Carnaval. Es en enero, después de Navidad, cuando los comercios de juguetes empiezan con la campaña fuerte de disfraces. Aunque ya en marzo muchos grupos de comparsas, murgas y chirigotas acuden al almacén para ir preparando los trajes de la campaña próxima. En el caso de las comparsas de Badajoz, que son clientes todas, llegan con sus bocetos y comienzan a buscar el material para ir confeccionando el traje y lograr uno muy parecido al dibujo. "Esto es lo más complicado y lioso", comentó.

Cada año pueden llegar unas 39.000 referencias de artículos distintos o modelos a Casa Angel, confeccionando así los 100.000 trajes de Carnaval. En este sentido, el empresario destacó que con las comparsas pacenses no hay problema porque todos sus componentes van disfrazados iguales, pero no ocurre lo mismo con las de San Sebastián. "Estas son más complicadas porque dentro del mismo grupo hay varios trajes, los músicos van de una forma, los bailarines de otra, etc".

CLIENTES Y TELAS Para Horrillo resulta incalculable el número de clientes que acude anualmente al almacén y, sobre todo, en estas fechas, y el número de metros de tela que vende, "ya que estamos hablando de millones de metros". Lo que sí tiene claro es el tipo de tela que suelen llevarse para sus trajes de Carnaval. Principalmente las de fantasía, las que llevan lentejuelas, brillo y colorido. "Aunque siempre prevaleciendo el plata y oro y despegando algún color", apuntó. Para este año en Almendralejo, se llevarán evidentemente los trajes de romanos y griegos por el Carnaval temático. "Aunque muchos vienen a por tela porque aprovecharán el disfraz de griego del año pasado para reformarlo", comentó. Mientras que para fuera de la ciudad aseguró que están triunfando "mucho" los esquimales, un payaso reciente, el de Hanna Montana y "por supuesto" los clásicos como el de pirata.

De esta forma, es "muy fácil" ver a la reina del Carnaval, murga o comparsa ganadora de los Carnavales más famosos del país que lleve un artículo procedente de Casa Angel. "Llevamos dos años con que la reina de Tenerife lleva cosas de aquí, en San Sebastián, el Rey Momo como lo llaman ellos y la Reina llevaban vestidos de Casa Angel, en Málaga las Drag Queens también lo llevan", añadió. Pero también los grupos carnavalescos de la región acuden a Almendralejo a suministrarse de Casa Angel, como los de Navalmoral, Badajoz, Aceuchal o Torremejía. "También los de Almendralejo, que La Mascarada este año se ha hecho un traje maravilloso y estupendo", añadió el empresario quien destacó "la labor y el trabajo que hacen las comparsas y los grupos a la hora de confeccionarse los trajes".

Pero Casa Angel no solo suministra las telas, ya que cuenta con todos los accesorios para complementar cualquier traje. "Desde las pelucas, las caretas, los antifaces, los parches de los piratas y hasta el loro para colgárselo al hombro", comentó. En este sentido, Horrillo destacó la "competencia desleal" que está sufriendo este sector con otros determinados puntos de ventas que venden este tipo de productos "con menos calidad, menos garantías y a un precio más barato". Así, el empresario señaló que este tipo de productos no cuentan con las garantías suficientes ni con los correspondientes controles de calidad, por lo que pueden llegar a producir incluso reacciones alérgicas.

En cuanto a la crisis, Horrillo comentó que es verdad que se nota, pero la gente que "vive el Carnaval" sigue disfrazándose. "Lo único que en vez de comprar una tela pues escogen otra más barata", añadió. Para el empresario es fácil hacerse un traje de Carnaval con poco dinero.