Nunca es tarde si la dicha es buena, dice el refrán. De memoria se lo saben los 2.120 alumnos que hay matriculados para este año en el programa universitario de mayores de Extremadura. El teatro Carolina Coronado acogió ayer la inauguración del curso y, como es tradición, la gala de graduación de los que han completado los cinco años. 221 pasaron por el escenario para recoger la banda académica y su diploma de mayor universitario. Lo hicieron de manos del presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara; de la consejera de Educación, Esther Gutiérrez, y del alcalde José García Lobato, entre otros. Antes, Florentino Blázquez, director de la Universidad de Mayores, alzó la voz para reclamar un lugar destacado para los universitarios de avanzada edad.

Blázquez defiende que "los mayores de ahora reclaman un mayor protagonismo en una sociedad que discrimina por razón de edad y que no tienen en cuenta aquello que se denomina como la jubilación del talento. Los mayores de hoy son muy distintos a los de hace 30 años", dijo. Apoyado en diversos estudios y autores, recordó que en 2001 solo el 30% de los jubilados tenían estudios secundarios universitarios. Nueve años después, el porcentaje se ha doblado hasta el 60%. "Una persona de 60 años tiene ahora una expectativa de vida de otros 25 más, y la mayoría ven esta etapa vital como una oportunidad para dedicar su tiempo para lo que desea", subrayó. Y ahí quiere jugar su papel la Universidad de Mayores.

Desde el programa, reclaman más protagonismo, metas y funciones para los mayores porque ahora son "más formados, más solventes, más autónomos y más reivindicadores de sus derechos", añadió Blázquez. Con estos argumentos, pidió a las instituciones que tengan en cuenta estos datos y la evolución de la demografía para darle a los adultos mayores un papel más importante en la sociedad.

Ilusión máxima

Natividad Robles, alumna de la sede de Almendralejo, dijo que para muchos había pasado ese tren de la educación hace tiempo, pero que el peaje de cogerlo era muy caro y, si era mujer, ni existía. "Luego la vida nos fue enredando. Matrimonio, hijos, nietos, pero siempre hemos sido conscientes de la importancia de la cultura". Los alumnos, coinciden: "Es una segunda oportunidad". Así lo define Beatriz Díaz, también de Almendralejo al igual que Matilde Fernández Fernández. "Una tiene inquietudes y lo que no hemos podido hacer en el pasado, lo hacemos ahora". ¿Y antes? "Antes solo te preparaban para ser una señorita y casarte", señala la primera, mientras que la segunda expresó su "satisfacción por la oportunidad de aprender y profundizar en lo que ya se conoce al tiempo que se hacen amigos que perduran". Entre las de cursos avanzados, Josefina Atalaya, de posgrado, señaló: "También tuve una infancia complicada. Me enganché aquí y espero hacerlo por muchos años más".