Los vendedores de melones de la ciudad, único municipio del país donde se permite esta venta directamente en la calle, protestaron ayer ante el consistorio por los avisos de denuncia que han recibido por no estar dados de alta en la Seguridad Social.

El colectivo ha recibido los últimos días unas 15 visitas de técnicos de la Inspección de Trabajo, que les ha advertido de que si no están dados como trabajadores autónomos, serán multados.

Unos veinte meloneros acudió ayer a la sede del ayuntamiento, donde se entrevistaron de forma improvisada, en el patio, con el alcalde José García Lobato, al que le transmitieron su disconformidad con la actitud de Trabajo, ya que consideran que llevan toda la vida vendiendo melones y solo se les ha obligado a tener el permiso municipal.

El portavoz del grupo, Juan García, aseguró que si se les obliga a cotizar como autónomos, no les será rentable esta actividad económica, ya que algunos de ellos son jubilados y otros son parados y utilizan esta forma de venta para obtener pequeños unos ingresos extraordinarios. Además, señalaron que las inspecciones se han realizado tras la denuncia realizada por parte de algunos fruteros.

El alcalde, por su parte, se ha comprometido a mediar ante la Delegación del Gobierno en Extremadura para evitar esas sanciones e intentar poner solución a este problema.

Por su parte, el concejal de Izquierda Unida, Santiago Fernández Nieto, que recordó berse dedicado profesionalmente a esta actividad, pidió públicamente una moratoria de un año para que estos agricultores puedan deshacerse de los melones cultivados, porque qué van a hacer ahora con ellos, ha planteado.

También afirmó que los ingresos que obtienen no permitirían esas cotizaciones y avisó de que no son una competencia para las fruterías, ya que el precio de venta de los melones y las sandías es muy superior al de las tiendas, y venden en lugares muy alejados del casco urbano.