1908 fue el año en el que Bodegas Montero ponía la primera piedra de una empresa que se convertiría en una de las más importantes del sector vitivinícola de la ciudad. Impulsó un sector que en la actualidad es uno de los pilares de la economía de toda una comarca.

Familia de agricultores y bodegueros transformadores de los caldos de la uva comenzaron su andadura en el mundo de los vinos, siendo una de las alcoholeras más importantes de Almendralejo. Aún se puede ver en la avenida de La Paz la chimenea de la alcoholera, que, gracias a un grupo de personas capitaneadas por Manuel Rodrigo Asensio y Pepe Antolín, consiguieron conservar en la época del ladrillo.

El objetivo de Luis Montero Bejar, cabeza de este negocio, junto a su hijo, Juan Luis Montero de Ochoa, y su nieto, Luis Montero Vargas-Zúñiga, era sacar su propio vino, y lo hizo tras fundar en 1924 Bodegas Montero. Tenía en aquel momento hasta 73 trabajadores.

Muchos de esos momentos fueron captados por la fotografía, y hoy, 76 años después, se pueden ver para homenajear esa labor empresarial que abrió camino en Almendralejo.

Una exposición recoge 30 fotos de Bodegas Montero. Se puede ver en las propias instalaciones de 12.00 a 14.00 y de 19.00 a 21.00 hasta el domingo.