Hay maneras de conocer la historia del patrimonio que se salen de lo estrictamente establecido. Formas que resultan mucho más divertidas y amenas que sentarse delante de un libro y estudiar. Son las puestas en marcha por la Universidad Popular de Almendralejo (Upal). El taller de Arqueología está siendo una de las actividades estrella de la programación de verano.

Orientado al aprendizaje y conocimiento de la materia por parte de niños de entre 6 y 12 años, 14 de ellos integran el segundo curso, pues el pasado mes de julio ya se celebró el primero. La gran demanda obligó a organizar uno más. Tiene una duración de una semana y se divide en cinco talleres, uno por día.

Los niños recibieron ayer la visita especial del alcalde José García Lobato y de la concejala de cultura, Lola Lázaro. Ambos pudieron comprobar de primera mano cómo se desenvuelven los más pequeños en este aventurero mundo de la arqueología. Los pequeños exhibieron sus métodos de aprendizaje, e incluso, alguno se atrevió a impartir una clase magistral al regidor.

EDUCAR JUGANDO El objetivo, tal y como expresó el alcalde, es que los niños sigan educándose en actividades de cultura y conocimiento, y a ser posible, de manera práctica. Conocer la historia y patrimonio local, a través de la arqueología, es la gran finalidad.

Un grupo de monitores dirige el curso que se desarrolla tanto en la Upal como en el exterior. Una de las visitas más especiales ha sido la realizada a las excavaciones de Huerta Montero, abordando una experiencia más real. Allí, el arqueólogo Paco Blasco (encargado de su puesta en valor), los recibió para explicarles la construcción del yacimiento.

Este jueves se celebrará un nuevo taller orientado a las pinturas rupestres. Y el viernes una actividad de clausura consistente en la traducción de dibujos jeroglíficos.

Los niños cuentan con todo tipo de utensilios necesarios para trabajar en excavaciones tales como pinceles, lupas, pesos o metros, y trabajan sobre unos areneros artificiales.