Hasta un 60% ha descendido el nivel de venta en los puestos ambulantes de melones que se colocan todos los veranos en diferentes calles de Almendralejo, según los vendedores de estos frutos. El desvío del tráfico de la Nacional 630 por el tramo de autovía A-66 que atraviesa el término municipal ha motivado la caída en picado del índice de ventas.

A esta circunstancia hay que añadir que desde el pasado mes de julio el ayuntamiento ha prohibido vender melones, melonas y sandías en el tramo de travesía de la 630 comprendido entre la plaza de toros y la estatua del Vendimiador. Por este motivo, los puestos se han reubicado en diferentes calles, sobre todo en los alrededores de la avenida de la Paz, de la plaza de Extremadura y de la plaza de Abastos.

Según fuentes de la Policía Local, se ha solicitado licencia para vender en 38 puestos. Además, las mismas fuentes aseguran que no existen vendedores que no sean productores locales. Este argumento no es el mismo que defienden los afectados. Algunos vendedores aseguran que en Almendralejo dan salida a sus frutos agricultores de diferentes poblaciones de la comarca como Aceuchal, Villalba o Solana, por lo que se estaría incumpliendo lo estipulado por el propio ayuntamiento.

Estas circunstancias están ocasionando un descenso acusado en las ventas. Uno de los afectados, el melonero almendralejense Santiago Fernández Nieto, dice que "en años anteriores había días en los que se podían vender fácilmente entre 1.000 y 2.000 kilos de melones o sandías. Ahora, esas cifras no se alcanzan y esto es una ruina para el sector".

Este panorama ha llevado a algunos vendedores de Almendralejo a retirar sus puestos de zonas en las que otros años tradicionalmente se alcanzaban muy buenos niveles de venta. Así, muchos productores locales de melones y sandías se han marchado de la travesía de la Nacional 630 buscando una zona mejor para la venta.