TNtuestro ministro de Educación ha lanzado la idea de que ha llegado el momento de poner fecha a la ampliación de la escolaridad obligatoria, es decir, los alumnos tendrán que asistir al centro educativo obligatoriamente hasta que cumplan los 18 años. Y yo me pregunto si será esta medida positiva y nos podría solucionar o al menos paliar el tan temido fracaso escolar, tal y como concebimos hoy en día la Educación de nuestros hijos. Creo que no. Reflexionando sobre este tema tan importante para el futuro de nuestros hijos, mi primera llamada de atención sería plantearle al ministro cómo motivar a muchos de nuestros alumnos, que ya desde los 14 años de edad, e incluso algunos antes, no quieren seguir estudiando, y esta actitud les lleva a crear y fomentar un mal clima de convivencia dentro del centro educativo y en las propias aulas. El ampliar la obligatoriedad significará que nuestros hijos no podrán incorporarse al mundo laboral hasta los 18 años. Y yo le plantearía, que con el índice de abandono escolar existente, donde encontraríamos a aquellos muchachos que, por un lado, no asistirán a clase y, por otro, tampoco podrían buscar empleo. Qué harán de productivo en esas horas, días y años esperando ansiosamente cumplir los 18 años. Creo que el mantener a los chavales dos años más en los centros debe implicar que el concepto de escuela debe cambiar. Deberíamos plantearnos orientar a estos muchachos hacia una formación profesional o en escuelas talleres para que con 18 años salgan profesionales capacitados para servir a la sociedad.