Al principio comenzó como un programa educativo del Junior Emprende para despertar habilidades emprendedoras y la iniciativa en los alumnos del colegio. Luego, la experiencia encandiló a todos tanto que incluso se formó una asociación para poder desvincularla del colegio durante los fines de semana, naciendo así la Asociación Open Music. Ahora, tras el éxito del musical Peter Pan que valió para que el colegio Ortega y Gasset se llevará el premio Tomás Verdejo a las buenas prácticas educativas en Extremadura, los cabecillas del colectivo impulsan un nuevo musical para dar el salto a los escenarios: ‘Hero’, la historia de Hércules.

Los alumnos de quinto y sexto de primaria ya han cerrado una gira extremeña de actuaciones para ofrecer al público su segundo musical. En realidad, el musical nació el pasado año, pero solo se representó para las familias. Ahora, la idea es mostrarlo al público. La primera función tendrá lugar el 14 de abril en Los Santos de Maimona. En Almendralejo, el teatro Carolina Coronado tiene programadas tres funciones los días 19, 20 y 21 de abril. Y, además, el musical también viajará por la provincia cacereña, concretamente hasta Plasencia donde se podrá ver el 9 de junio.

Participan 43 niños de edades comprendidas entre los 10 y 11 años. Todos los miércoles, a las seis de la tarde, aparcan todas sus actividades extraescolares y tareas para dedicarle dos horas al teatro. Su misión es poner en pie un musical cuyo texto y música son adaptadas de los dibujos animados. «Yo les di las opciones que había y ellos eligieron Hércules», dice Carmen Gil, impulsora del proyecto. Este año cuenta con la ayuda de Carlos Durán, su mano derecha. Es curioso, pero ninguno es profesor del colegio Ortega y Gasset. Carmen tiene allí su plaza de música, pero ahora tiene excedencia por un puesto en la Junta. Sin embargo, el proyecto, la tiene «enganchada» a Almendralejo.

Financiación/ Otro tema curioso del proyecto es la financiación para ponerlo en pie. «Todo el dinero sale de la venta de bocadillos y dulces en los recreos del colegio, de la venta de papeletas para cestas de Navidad y de otras tómbolas y sorteos», confiesa Carmen. El objetivo es que a los niños no les cueste nada. De hecho, con el dinero de las entradas financian los autobuses de transporte, el material, la comida de los viajes y cualquier gasto relacionado con el musical. «Y si sobra algo, suelen donarlo a asociaciones benéficas», añade.

Carmen explica que este tipo de proyectos pone de manifiesto «la nueva metodología de aprovechar el arte como aprendizaje. El programa ha servido para integrar a alumnos en grupos, los niños aprenden a respetarse, a hacer un buen trabajo en equipo y a estar implicados en el trabajo. Son muchos valores educativos que son imprescindibles para las personas», relata.

La propulsora de este proyecto no se olvida de la implicación de los padres. «Sus papeles son fundamentales. Se han volcado para todo e, incluso, algunas madres tienen papeles secundarios en el musical. Sin ellos hubiera sido imposible», sentencia.