Mientras hay hambre en el mundo y miles de seres humanos mueren cada día, muchos son los cristianos que escandalizados nos preguntamos el por qué de la presencia de la Iglesia Católica , --la de los pobres --, en el mundo financiero especulativo, con intereses directos y mayoritarios en bancos, cajas de ahorros o sociedades opacas con reputación similar a la de Berlusconi . El escándalo mundial en 1982 del Banco Ambrosiano , cuyo mayor accionista era el Banco del Vaticano , con sospechosas muertes incluida la del propio Papa Juan Pablo I , y espurias financiaciones; los centenares de millones depositados codiciosamente en la delictiva Gescartera por la Diócesis de Valladolid , perdidos todos ellos, mientras en Cáritas sus voluntarios y colaboradores solidarios altruistas sin límites dan la vida, y más, para tratar de socorrer ejemplarmente a los más menesterosos. Y por último, acabamos de conocer el descorazonador episodio de CajaSur , en ruina total, cuyo control mayoritario lo tenía el obispado de Córdoba , con 528 millones de pérdidas y un agujero de 800, descubierto por el Banco de España , mientras financiaban a espuertas a codiciosos empresarios andaluces bajo sospecha y firmaban convenios con el gremio de joyeros cordobeses para financiar la compra de ostentosos caprichos en oro y diamantes. Así: las vocaciones en caída libre, olvidando que Judas Iscariote traicionó por dinero, y teniendo que soportar el escuchar que el obispo Paul Marcinkus , el del Ambrosiano, era conocido como "el banquero de Dios" y Miguel Castillejo , 30 años al frente de CajaSur , como "el banquero obispo" .