Laudable iniciativa municipal es sin duda la de ubicar en la ciudad diversas lápidas conmemorativas en recuerdo de sus hombres ilustres o de otros hitos destacados para la historia de Almendralejo. El viernes 23 a las 12 se honrará la figura de Manuel Romero de Tejada, nacido en nuestro pueblo (19-XI-1799), y fallecido en Madrid en 1873, Oidor y Magistrado en distintas Audiencias, uno de los once hijos de Pedro Romero Marcos y Josefa Falcón, abuelos de Carolina Coronado. Casó Manuel Romero con Araceli León de Massa, natural de Lucena, hija del administrador del duque de Medinaceli en Sevilla. La placa se ubicará en la casa donde el personaje viviera ocasionalmente, hoy desaparecida, y que su padre había comprado a Josefa Dalmau en 1796. Por ello no hemos de silenciar que acaso en ese lugar hubiese sido más acertado recordar a Pedro Romero de Tejada Marcos, padre del homenajeado, el inteligente empresario llegado de Nieva de Cameros en 1792 y por cuyos esfuerzos e inagotable trabajo alcanzaron sus herederos el estatus y la consideración ulterior. Con unas pocas monedas y la herencia de su suegro, un hábil tendero de Don Benito, logró un asombroso emporio comercial en menos de 40 años. Hasta bien entrado el siglo XX el nombre de Almendralejo nunca gozó de tanta difusión internacional como la que le otorgara Pedro Romero, merced a su negocio de exportación de lanas, que llegaban a diversos puntos de la geografía europea, sobre todo a Londres. Liberal bajo sospecha de felonía, en 1824 vivió la retención carcelaria de miembros de su familia y formó parte de la fallida Real Sociedad Económica de Almendralejo.