Como padre de una alumna del centro, Rafael Gallardo, quería asistir a la entrega de diplomas y clausura del curso académico del Instituto de Enseñanza Secundaria Carolina Coronado. Rafael tiene una minusvalía física que hace que tenga que ir siempre acompañado de su silla de ruedas. El salón de actos del centro se encuentra situado en la segunda planta del instituto y para acceder a el no existe ascensor. Este inconveniente impedía que este padre pudiera asistir al acto de despedida de su hija.

Sin embargo, su constancia y sensibilidad con la eliminación de barreras arquitectónicas hizo que planteara en el centro su situación. Su hija, comentó que si se realizaba en el salón de actos su padre no podría asistir. Desde ese momento, todo se puso en marcha para que Rafael estuviera presente, "estoy muy feliz por haber podido asistir al acto, agradecí al director y al jefe de estudios el detalle que han tenido y les pedí disculpas por los inconvenientes que hayan surgido".

Rafael manifestaba que espera que se tome buena nota: "Dicen que en Extremadura contamos con la mejor Ley de acesibilidad, con su reglamento y todo, pero la paradoja es que la misma se la saltan a la torera y hablo de organismos oficiales como es el propio ayuntamiento, colegios públicos o el instituto".

Este ciudadano también ha conseguido que la Universidad de Extremadura elimine en sus actos las barreras.