Tobías Medina Cledón será la primera persona que reciba la Medalla de Plata de Almendralejo, tras el acuerdo alcanzado por los grupos políticos de la corporación que lo aprobarán definitivamente en el pleno del próximo lunes. Se quiere reconocer así a una trayectoria no solo religiosa, sino de implicación y legado social y cultural que deja el que ha sido durante más de 20 años párroco de la Purificación y rector del Santuario de la Piedad.

Será la primera persona física que la reciba tras la aprobación del reglamento de honores y distinciones de la ciudad, pues hasta entonces solo la ha recogido dos instituciones: la banda municipal de música y Cajalmendralejo.

Don Tobías, como se le conoce popularmente, tiene 86 años, y ha tenido una profunda implicación con la vida social y religiosa de la ciudad desde su llegada en 1986. Su devoción por la Virgen de la Piedad le ha llevado a impulsar la coronación canónica de la imagen de la patrona en 2007, su reconocimiento como alcaldesa perpetua de la ciudad desde 1997 o uno de sus legados más importantes, la creación del Museo Devocional inaugurado el 15 de agosto de 1995, cuyo contenido se debe a su trabajo constante para la realización y donación de obras.

Al mismo tiempo, Don Tobías siempre ha tenido una implicación especial con la restauración, conservación y dotación de más patrimonio para las distintas iglesias y ermitas de Almendralejo. Entre sus logros, consiguió reunir a los pintores italianos Nembrini y Gritti, que medio siglo antes habían decorado la bóveda de la Purificación para que el pueblo le transmitiera su agradecimiento, junto al tercer pintor fallecido, Bernardi.

Pese a nacer en Cabeza de la Vaca, ha sido un hombre que ha conectado en la sociedad local. Fue profesor en Santa Ana, fundó la Hoja Parroquial y ha intervenido en diversos medios escritos y radiofónicos, además de publicar tres libros. El último lo presentó el pasado año, Las Columnas de la verdad, en su última aparición en público.

Desde hace unos meses, su delicada salud le llevó a la residencia de Nuestra Señora de la Soledad, en Badajoz. Aunque aseguran que su estado mejora, no hace mucho envió una carta hablando de despedida y agradecimiento a sus vecinos, terminando con este mensaje: "Desde Badajoz, en el tiempo que Dios me conceda de vida, rezaré por todos los almendralejenses, por sus personas y familias, y por su bienestar espiritual y social".