Concordia y cordialidad son dos palabras muy parecidas en su fisionomía y significado. La primera tiene más que ver con la unión, la conformidad. La segunda, habla de la virtud de ser afectuoso. Aunque ligeramente distintas, ambas tienen ya raíces definidas en Almendralejo. La capital de la cordialidad celebra que la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios haya sido galardonada con el premio Princesa de Asturias de la Concordia, reconocimiento para una de las organizaciones internacionales de cooperación sin ánimo de lucro con más actividad del mundo. Tiene más de 400 centros en 55 países del mundo y uno de ellos está en la capital de Tierra de Barros. Desde marzo de 2010, gestiona el hospital de la Casa Misericordia y la residencia de ancianos de La Piedad, además de ser un patrono esencial del economato social, proyecto que ayuda hoy en día a más de 100 familias necesitadas.

Fue la llamada de una doctora de la Orden a la Junta de Extremadura la que abrió la puerta de la región a este colectivo. Conocía los problemas económicos que arrastraba el hospital de Nuestra Señora del Pilar y las continuas huelgas de trabajadores que allí se sucedían. El convenio firmado permitió a la orden tomar el mando de este centro sociosanitario y reconducir el rumbo del hospital y la residencia. En la actualidad, el área hospitalaria acoge a unos 60 pacientes, mientras que en la residencia hay 32 personas mayores. El centro tiene 38 plazas concertadas con el Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (Sepad), todas homologadas para acogerse a la Ley de Atención a la Dependencia. El edificio tiene en total 76 plazas disponibles.

Pero la Orden de San Juan ha ido más allá en Tierra de Barros. En colaboración con el ayuntamiento y Cajalmendralejo, puso en marcha el proyecto del economato social, que abrió sus puertas en noviembre de 2013. Las familias en situación de exclusión social pueden adquirir allí productos con un 75% de descuento. Este pequeño mercado contiene alimentos congelados, refrigerados, lácteos, cereales o legumbres, además de productos de limpieza. Son muchas las empresas de la localidad que donan productos y dinero al economato social. Y hay más. La orden atiende a unas 200 personas con la puesta en marcha del servicio de ayuda domiciliaria. Se divide en ayuda doméstica, para compras y limpieza; y ayuda asistencial, para un cuidado y aseo personal de personas dependientes.

Federico Gil, director gerente del centro, confiesa que "estamos muy orgullosos de la misión que realizamos. Este reconocimiento es una alegría para todos nuestros trabajadores y voluntarios". Explica que la diferencia de la Orden de San Juan de Dios con respecto a otros hospitales estriba en "el cariño y el trato con el que asistimos a los pacientes". Asegura que hay personas en "procesos agudos" de enfermedad, otros dependientes y algunos en fase terminal.

En el mismo centro se encuentra el hermano Francisco Javier Valencia Arjona. Se muestra feliz por este galardón y confiesa que "servirá para abrir puertas en otros lugares". Desvela que la Orden quiere introducirse en otros puntos de Extremadura y, aunque se muestra contento por cómo funciona el centro de Almendralejo, añade que hay muchas cosas que mejorar. Los directivos anhelan más ayudas por parte de las administraciones para poder ejecutar una reforma integral del edificio que fue construido en 1924 y que, en la actualidad, es propiedad de Cajalmendralejo.