El ayuntamiento insta a la Delegación del Gobierno en Extremadura a que no se permitan las acampadas en el extrarradio. Esta circunstancia está siendo muy frecuente en estas fechas, donde inmigrantes que llegan a la zona para trabajar en la vendimia se instalan en campamentos, tiendas de campañas y algunos llegan a vivir en sus propios vehículos.

El alcalde, José María Ramírez, manifestó que en la localidad hay sobre unas cien personas viviendo en estas circunstancias, motivo por el que ha mantenido una reunión con la consejera de Bienestar Social, Leonor Flores. El edil aseguró: "no podemos cerrar los ojos y ser ciegos ante el fenómeno que estamos viviendo de muchas personas que vienen a la recolección y que carecen de los correspondientes permisos".

Ramírez Morán dijo que además en la parcela social estas personas llegan con menores y en la mayoría de los casos no quieren vivir en alojamientos permanentes. "Desde el ayuntamiento continuamos con el programa de temporeros donde tenemos una bolsa de viviendas y aconsejamos a estas personas sobre temas sociosanitarios, pero el problema es que hay algo más de cien personas viviendo al aire libre".

La preocupación aumenta en el consistorio con el paso de los días, sobre todo porque con la bajada de las temperaturas y la llegada de las lluvias las condiciones no son dignas.

El alcalde también comentó que van a seguir en contacto con el Sexpe para intentar encontrar mano de obra en otras comunidades si no la hay en Extremadura pero existe un problema: "la pasada semana hubo una reunión para el contingente de extranjeros y desde los empresarios de la provincia no se ha pedido a nadie y calculamos que en Tierra de Barros hay entre 1.500 y 2.000 personas trabajando. Creo que ninguna de las partes acaban de asumir toda su parte de culpabilidad", dijo Ramírez.