La Junta de Extremadura ha dado un paso adelante en firme en la lucha contra los robos en el campo y con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria con la aprobación en el Consejo de Gobierno de un decreto sobre la trazabilidad de las uvas y las aceitunas sin transformar. El nuevo texto establece la obligatoriedad por parte de los agricultores de formalizar un documento de identificación del producto durante las fases de transporte, algo que con anterioridad resultaba voluntario.

Esta regulación de la trazabilidad de la uva y la aceituna sirve para que las autoridades tengan en todo momento información precisa para preservar las posibles repercusiones que sobre la salud pública pudieran tener. En ese contrato se debe verificar el destino del producto desde su producción, no siendo necesario en los casos en que los productos sin transformar cuenten con un peso inferior a los 25 kilos y estén orientados al autoconsumo.

Los establecimientos de recepción de uvas y aceitunas deben llevar y mantener durante dos años un sistema documentado de registro de entradas y salidas que relacione unas y otras con los documentos de acompañamiento mencionados y los distintos documentos de trazabilidad. H