Fran Montero del Alba, de 25 años, es uno de esos jóvenes inquietos dispuestos a saltar cuantas barreras sean necesarias para conquistar un sueño. O "una fábrica de sueños", como le gusta llamarlo a él. La suya es una historia a ritmo de tangos, salsas, bachatas, pero sobre todo sacrificio. Este joven profesor titulado en salsa por la Federación Española y deportista en baile deportivo acaba de montar en Mérida una escuela de baile que lleva su nombre y que cuenta con la friolera de 300 alumnos. Adultos, jóvenes, niños... Solo existe un requisito principal: "pasarlo bien". Su éxito radica en el llamado baile social. "Ahora se ha puesto muy de moda bailar en las discotecas y además intentar hacerlo bien y no quedar mal delante de la gente. Son clases destinadas a que aprendas a bailar música improvisada", explica Fran. Y el 70% busca precisamente eso: aprender a bailar.

Fran se ha instalado en un local de 400 metros cuadrados con dos salas. Una grande con 16 espejos y tres escaparates. Y otra más pequeña donde entrenan las diez parejas profesionales de baile deportivo que tiene a su cargo. Entre ellos, Daniel, Nuria, Silvia y Andrés, cuatro pequeños de Mérida y Trujillanos que están brillando en el programa de Telecinco Pequeños Gigantes con unas coreografías espectaculares. "Tengo que cerrar las cortinas porque entran las madres con los niños para hacerse fotos con ellos. Nos ha desbordado este éxito", reconoce.

Pero en la vida todo llega con esfuerzo. Hace años empezó dando clases en un gimnasio de Villafranca de los Barros. "A una decena de personas, no más", pero uno de ellos le dijo que fuera a Mirandilla de Mérida. "Insistió mucho" y allí se fue. Fran no tenía ni carnet de conducir y tuvo que dejar su trabajo en una asesoría. "Convencí a mi padre para que me llevara los días de baile. Me iba con él y lo que ganaba se lo daba para gasolina. Yo no ganaba, pero disfrutaba", rememora.

Y empezó el goteo de personal. De Mérida, Montijo, Almendralejo, Puebla de la Calzada, Badajoz, Cáceres, Guareña, Valverde, Calamonte... "Tuve que montar algo. Y aquí estoy, con mi fábrica de sueños. Trabajo entre ocho y nueve horas diarias los siete días de la semana, pero me encanta". No solo hay baile social, sino bailes de salón, latino, para niños y coreográficos. Incluso se preparan pasos para parejas de boda. "Y a partir de ahora, también hay zumba", adelanta. Pues nada, que suene la música.