Aunque algunas ya lo estaban celebrando desde el sábado, miles de almendralejenses disfrutaron ayer de su romería acompañando a su patrón, san Marcos, y lo hicieron desde la parroquia de San Roque hasta su ermita, donde además le esperaban cientos de personas.

Sobre las siete de la tarde del sábado, ya eran decenas de personas las que se concentraban en la escalinata y en los alrededores de la ermita impacientes por disfrutar un año más de San Marcos y de las actuaciones musicales programadas para la noche en la caseta. Ya por la madrugada eran miles de personas, sobre todo jóvenes, los que se agolpaban en San Marcos y en la caseta. Incluso la Guardia Civil tuvo que intervenir para cerrar la caseta a las 7.30 de la mañana. No obstante, otros prefirieron pasar toda la noche en la calle Guatemala aguardando el sitio con las carrozas para ser de los primeros.

A partir de las ocho de la mañana los romeros y los que iban en las carrozas llegaban a la parroquia de San Roque para coger fuerzas con el desayuno popular e iniciar la procesión. Entre los primeros en llegar se encontraban el que fue alcalde de la localidad hermana de Galicia, José Vicente Solarat, y el actual alcalde, Luis Fernández, para dejar los dulces que habían traído. Diez minutos pasados de las nueves, comenzaba la procesión encabezada por las amas de casa portando el estandarte, la imagen de san Marcos, en la carroza del Grupo Albarda, los miles de romeros andando, las carrozas tiradas por animales y después por tractores y los caballistas. Más de seis kilómetros en los que no faltaron las canciones típicas de las romerías, los dulces y embutidos de los romeros y las botas llenas de vinos.

Dos horas y media más tarde, san Marcos llegó a la ermita en la que esperaban otros cientos de almendralejenses que le recibieron con aplausos. Tras los bailes de bienvenida de los Coros y Danzas de la Asociación Tierra de Barros, se ofició la misa por el sacerdote almendralejense Francisco Quile, quien recordó al cura Jesús Núñez.

Después, todos a una disfrutaron de una jornada de campo en la que las altas temperaturas y el sol hicieron acto de presencia desde primera hora de la mañana. A pesar de la multitud de público, no hubo ningún incidente graves, aunque una niña tuvo que ser trasladada al hospital al caerse durante la procesión.