Almendralejo es tierra de campo y, por supuesto, tierra de agricultores. Son muchos los hombres y mujeres que han dedicado su vida a cuidar tierras para ganar el porvenir de los suyos. Por eso, con la llegada de las fiestas de la Piedad y la feria de la vendimia, suelen llegar homenajes a estas personas que, además de ser conocidas por sus labores agrarias, suelen haber sido participativas con la vida social de Almendralejo.

Este año, el ayuntamiento ha elegido a la figura de Diego Mogollo Rastrollo, de 86 años, como el agricultor del año. Es un homenaje a toda una vida dedicada al campo. Diego nació en Almendralejo el 13 de febrero de 1932 y ha estado trabajando en el campo desde los 12 años. En sus inicios, su padre se lo llevaba para explotar sus tierras. Luego, cuando fue tomando mando, comenzó a ampliar su territorio.

Diego Mogollo es padre de dos hijos: Juan Manuel y Manuela. Se casó con Dolores González y tiene cuatro nietos. Hoy día, todavía acude diariamente al campo y revive sus recuerdos a su casa de la calle Zorrilla donde habitó durante muchos años. Aunque habitualmente suele estar de vacaciones por las fiestas de la Piedad, Diego las vivirá esta vez en Almendralejo. Este año le toca ser protagonista en primera persona en nombre de todos los que dedican su vida al campo.

Luchador

José Barrera Donoso, fallecido el pasado 9 de enero, será otro de los grandes homenajeados en el acto central de las fiestas de la Piedad. El Foro Sectorial Agrario lo eligió para un reconocimiento a título póstumo que se encargará de recoger su familia.

Quienes lo conocen hablan de José Barrera como un gran luchador. De hecho, durante sus 20 últimos años de vida, tuvo que enfrentarse a la enfermedad del Parkinson.

José conoció desde pequeño a la que posteriormente sería su mujer: Cati Nieto Rosado. Se casó en 1975 y fruto de su matrimonio tuvo cinco hijos: Ángel, Manolo, Carmen, José y Fátima.

Fue su padre quien le inculcó el mundo de la agricultura desde pequeño. Y nunca se movió de ese círculo. Fue fundador en Almendralejo de la Unión de Agricultores. Además, presidió el colectivo de COAG y llegó a ser vicepresidente de la Cooperativa San Marcos. La Unión de Agricultores, parte de su vida, le reconoció como presidente honorífico poco antes de morir.

Participó activamente de la vida social de Almendralejo. Fue colaborador en la creación del Salón del Vino y la Aceituna e integrante de la asociación de padres y madres del colegio José de Espronceda. Otra de sus pasiones fueron los toros. No sólo era un fijo en el coso almendralejense, sino que fue socio y directivo de la peña taurina Luis Reina. Su familia lo cataloga como «un hombre bueno». Almendralejo le rinde ese merecido homenaje.

Trabajador/ El Foro Sectorial Agrario también ha querido tener otro reconocimiento a título póstumo con uno de los agricultores más entregados por el campo en Almendralejo y que falleció el pasado 19 de julio de 2017: Pascasio Donoso Cano.

Nació un 9 de agosto de 1948 en Almendralejo y, como los de su época, se pegó al campo desde muy pequeño. Empezó trabajando las tierras de su familia, pero su carácter trabajador y emprendedor le llevaría a comprar pronto las suyas propias para labrarse el futuro.

Pascasio fue uno de los fundadores de la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) Viticultores de Barros. Fue presidente de la misma durante tres décadas.

Se casó con Cecilia Mariñas y con ella tuvo tres hijos: Anabel, Francisco Javier y Gloria.

En Almendralejo, Pascasio ha sido conocido también por haber sido vicepresidente y consejero de Cajalmendralejo, fruto de su afición y vinculación con la actividad empresarial.

Aunque Pascasio era un hombre muy ocupado en su tiempo por sus labores agrarias y empresariales, su familia también le recuerda por ser un «padre familiar» y muy cercano a los suyos. Su fallecimiento se produjo el pasado verano en el Puerto de Santa María (Cádiz).

Diego Mogollo, José Barrera y Pascasio Donoso son tres ejemplos representativos de la importancia que ha tenido la agricultura en Almendralejo durante toda su historia, pero especialmente desde inicios del siglo XX. Ambos han tratado de conservar las raíces de Almendralejo y han logrado el reconocimiento de los suyos. Tres personas que Almendralejo reconoce en su día más grande.