Su inconfundible voz, esa que durante más de 60 años ha tenido pegado al receptor de la radio a media España, volverá a sonar en vivo y en directo este fin de semana en Almendralejo para unos 200 apasionados del vino. El periodista y locutor de radio, Luis del Olmo (Ponferrada, 1937), será hoy y mañana el presentador del evento Música para beber, un espectáculo musical y narrativo que impulsa el Museo de las Ciencias del Vino con piezas líricas, pasajes de voz y catas comentadas de los denominados Vinos del museo. Un evento que ha sido reconocido a nivel nacional y que este año cobra especial dimensión con Luis del Olmo, que ahora disfruta del micrófono de una manera distinta.

--¿Cómo le llega un ofrecimiento de estas características?

--Fue sencillo aceptar. Dos buenos amigos míos me llamaron y yo acepté encantado. Conozco muy bien a Luis Santana y Antonio López (músicos del evento) y me propusieron la idea. De pronto me vi haciendo las maletas para ir a Extremadura.

--¿Su voz y el vino casan?

--Estoy seguro de que sí. Una voz puede casar siempre con algo tan hermoso como el vino. Al final estoy donde siempre: un micrófono, un escenario, un público y la voz.

--Almendralejo, una de las capitales del vino. ¿La conoce?

--La verdad es que solo de pasada. Nadie había tenido la amabilidad de invitarme (risas...), pero ha llegado su momento.

--Y Extremadura, ¿la conoce mejor?

--Pues la verdad es que es una de las grandes ausentes en la cartera de mis viajes. He venido en alguna ocasión por mis programas de radio, pero nunca para visitarla. Siempre hay una buena oportunidad para ello.

--¿Le gusta el vino?

--Me gusta el buen vino. Acabo de ser pregonero de la fiesta del vino de Jumilla y estoy deseando probar los buenos caldos de esta tierra extremeña. Voy a ser un privilegiado, aunque en mi tierra, El Bierzo, también los hay buenos, eh.

--Colgó el micrófono hace cuatro años. ¿Dónde mata el tiempo ahora Luis del Olmo?

--Viajando mucho. El 80% de mis fines de semana ya están comprometidos para visitar ciudades y poblaciones españolas. Disfruto con mi mujer (Merche).

--¿Echa mucho de menos la radio?

--No mucho. Ahora, de verdad, lo estoy pasando bien. Vuelvo a tener un micrófono y un público. Es otra manera, pero me sigue permitiendo tener el contacto con la gente.

--Usted que ha vivido de cerca la evolución del periodismo. ¿Hacia dónde se dirige ahora?

--El próximo periodismo continuará funcionando a través de la palabra en el aire y la impresión del papel. Seguro que continuaremos hablando de los diarios, de los informativos de radio y de los medios de siempre. Sinceramente, creo que no debe cambiar mucho en los próximos cien años.

--Pero, todo el mundo habla de la crisis del papel. ¿Cree que sobrevivirá al nuevo periodismo?

--Estoy convencido de que así sucederá. Ahora hay muchos nuevos soportes, pero es imprescindible, por ejemplo, poder leer en nuestras casas con tranquilidad y en papel. Eso lo sigue valorando mucha gente y no creo que vaya a desaparecer.

--La radio ha sido su vida, pero ¿fue siempre su primera opción?

--Sí, lo fue. Yo estaba en el instituto cuando a los 15 años recibí la llamada de la radio. A las 24 horas ya estaba contando cosas en Radio Juventud, en mi tierra de El Bierzo.

--En su longeva trayectoria, ¿cree que le ha quedado alguien por entrevistar?

--No, no pienso en ello. Cuando tocó retirada lo hizo con todas las consecuencias después de 67 años. No digo que quedara harto de radio, pero cumplí.

--Una última cosa y no queremos meterle en política. Pero, como ciudadano de a pie, ¿qué le parece que en Extremadura todavía no haya tren de alta velocidad?

--Pues que tenéis el mismo problema que los bercianos. A mi José Luis Rodríguez Zapatero [expresidente del Gobierno con el Partido Socialiasta), y está grabado en una entrevista, me dijo que inauguraríamos el AVE pasando por Ponferrada y luego decidió llevarlo a Zamora. Entiendo mucho vuestro enfado y cabreo. Espero que eso no tarde mucho en llegar.