La grave amenaza que para nuestro futuro puede suponer la prolongación del actual estado de cosas en nuestro país, parece haber despertado la conciencia general de un necesario pacto político para arrimar todos el hombro en la misma dirección, apelando a lo que nos une y olvidando, por el momento, lo que nos desune. Pero si ante la mera sugerencia arbitral de este pacto -en beneficio de todos- ya expresamos nuestra oposición al mismo, o es que nos falta alturas de miras, o es que creemos estar a punto de ganar la batalla definitiva de la contienda política, y, claro está, en ese momento al enemigo ni agua. De los partidos políticos que así actúan, se dice que anteponen sus interese estratégicos electorales al bien común de los ciudadanos, o sea, de la Patria. Quizá es que para tales partidos sólo hay una patria posible: la que hace realidad su ideología y su proyecto político. Previendo la consecución de ese fin, ni siquiera aceptan la posibilidad de una tregua vital, porque piensan que el contrario puede salir fortalecido de ella. No es ésta, obviamente, una forma de hacer política que refleje el amor a la patria que tanto proclaman sus líderes, por ello, parafraseando a Calderón, queremos dedicarles hoy unos versos:

Cuentan de un líder, que un día tanto a su patria amaba, que sólo se sustentabadel amor que le tenía. "¿Habrá otro", entre sí decía, "que te ame tanto como yo?" Y cuando el rostro volvió, halló la respuesta, viendo que el pueblo le iba diciendo: "obras son prueba de amor".

Puede que ese pacto solo sea un sueño y, ya se sabe..., los sueños, sueños son, que diría el poeta.