La industria se encuentra inmersa en un periodo de prueba hasta mediados de enero, fecha en la que el nuevo empresario podrá quedarse definitivamente con la planta si es capaz de demostrar su viabilidad y de negociar el pago de la deuda con los acreedores a través de un convenio (en caso contrario se procedería al cierre). Carmona pretende producir 12.700 piezas diarias y abrir nuevos mercados en el Mediterráneo y Latinoamérica, además de consolidar y ampliar su clientela en EEUU y España.