Sudor, sangre y emoción. Así se resume el peregrinar del Jarramplas por las calles de Piornal el día 20 de enero, san Sebastián. Ocho mil personas acudieron a la cita para descargar miles de nabos sobre el devoto. En la foto Cándido Moreno, el Jarramplas del 2002, aparece con evidentes signos de penitencia. Cada año el Jarramplas es literalmente sepultado por una auténtica lluvia de hortalizas. Y aunque pueda parecer increíble hay lista de espera para ser Jarramplas.