Las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) arrojaron datos reveladores sobre la evolución de la población: la de los municipios pequeños desciende en favor de las ciudades de más de 10.000 habitantes, que han ganado en los últimos cinco años más de 20.000 almas.

Este trasvase de vecinos ha beneficiado sobre todo a las dos capitales provinciales: Badajoz ha crecido en 14.000 habitantes y Cáceres, en 4.200. Mérida es la única que no obedece a esta norma ya que perdió 774 habitantes en ese quinquenio.

Según el estudio realizado por el PERIODICO EXTREMADURA basado en las cifras del INE, este cambio de población ha provocado una auténtica sangría en las localidades de menos de 1.000 habitantes: un buen número de ellas han perdido entre un 15 y un 25% de sus vecinos.