José María Aznar describió ayer al socialista José Luis Rodríguez Zapatero como "un riesgo para la seguridad de los españoles". El presidente del Gobierno denunció que, "encadenado a los comunistas" de IU, el líder del PSOE pretende que España rompa con Estados Unidos y el resto de los aliados que garantizan su seguridad. Por eso pidió a los españoles que "no den la oportunidad" al PSOE de poner en práctica sus propuestas.

La clausura de la convención del PP Galicia sí, celebrada en Santiago de Compostela, supuso el regreso del líder del PP a la arena electoral, dos meses después del mitin de Arganda del Rey en el que un asistente clamó contra la guerra y fue expeditivamente desalojado del recinto. Ayer no hubo intrusos pacifistas en el Pabellón Multiusos de Santiago; los servicios de seguridad se encargaron de ello.

EL HORIZONTE DEL 2004

Con la vista fija en el conflicto de Irak, pero mirando de reojo las generales del 2004, Aznar se esforzó en desacreditar a Zapatero como candidato a la Moncloa. Anatemizó su "radicalismo extremista" y su "gran irresponsabilidad" por reclamar que España niegue su "apoyo logístico y humanitario" a la "coalición de más de 50 países" que, encabezada por EEUU y el Reino Unido, está atacando a Irak.

"España no puede ser neutral" porque necesita el apoyo de sus aliados, ya que, alegó, afronta "riesgos para su seguridad" y tiene "intereses que defender". Por eso, el presidente del PP concluyó que el PSOE entraña "riesgos nefastos y funestos para la seguridad, la paz y la convivencia".

También insistió en que los proyectos del PSOE e IU no se distinguen entre sí: "Los socialistas se han encadenado a los comunistas, y la llave del candado la han perdido o la han tirado".

A ambos partidos les advirtió también de que no basta con que condenen los ataques "terroristas" sufridos por el PP; les exigió que expulsen a los militantes que "han violentado la convivencia" participando en esos actos. "No nos van a sacar de la pista; no nos van a intimidar ni a achantar", garantizó. Sin citar siglas, censuró que dirigentes políticos "se cuelguen carteles en la solapa" por los niños muertos en la guerra de Irak y no lo hagan cuando ETA mata en España a "hijos de guardias civiles".

Tras su regreso a Madrid, José María Aznar mantuvo una conversación telefónica de media hora con el presidente de Estados Unidos, George Bush. Además de informarle sobre la evolución de la guerra, Bush expresó a Aznar su "solidaridad" por los ataques sufridos en sedes del Partido Popular a raíz de su apoyo al ataque, tal y como aseguraron fuentes gubernamentales.