En el segundo día de bombardeos, los pilotos estadounidenses y británicos colocaron ayer al núcleo urbano de Bagdad en el punto de mira de sus misiles. La segunda noche de ataques aéreos se concentró en objetivos situados dentro de la capital iraquí, mientras que la noche anterior la mayoría de las bombas fueron lanzadas en las afueras de la ciudad.

Al menos dos misiles impactaron en el Ministerio iraquí de Planificación y Estrategia, un edificio de cuatro plantas que fue destruido. Sus restos en llamas que se podían ver con claridad desde el hotel Palestina, donde están alojados los periodistas, y que está apenas a un kilómetro de allí. Inmensas columnas de humo se elevaron sobre Bagdad.

POSIBILIDAD DE VICTIMAS

En esta ocasión, todo apunta a que sí pudieron producirse numerosas víctimas mortales pues a última hora de la tarde, ante la puerta de este ministerio había apostados al menos una veintena de militantes armados del Baaz, el partido único en Irak.

Ese ministerio está enclavado en la orilla occidental del río Tigris, y se encuentra junto a uno de los palacios de Sadam Husein --el palacio republicano-- y en una zona repleta de edificios del Gobierno iraquí. La abundancia de inmuebles oficiales ha hecho de ese barrio uno de los lugares más peligrosos de Bagdad, pues muchos de esos edificios son objetivo de los bombardeos de EEUU.

Varios edificios se encontraban también en llamas en las orillas de los ríos Tigris y Eufrates, a su paso por la capital. Uno de esos edificios podría ser la oficina del vicepresidente iraquí, Tarek Aziz, extremo que no pudo se confirmado. La televisión oficial sí que informó que durante la primera ola de bombardeos, en la madrugada del jueves, fue alcanzada la casa en la que vivía la esposa y las tres hijas de Sadam Husein, que resultaron ilesas.

AMBULANCIAS Y BOMBEROS

En las calles se podía escuchar el trasiego de ambulancias y camiones de bomberos que se desplazaban a los lugares atacados. De momento, las autoridades iraquís han informado de la existencia de un muerto y de varios heridos entre la población civil de Bagdad, pero que se produjeron en la primera oleada de ataques, en la madrugada de ayer.

Además de esas instalaciones del Gobierno en Bagdad, los misiles volvieron a ser lanzados ayer contra objetivos situados fuera de la capital, sobre todo al suroeste.

VEINTE MINUTOS

Aunque apenas duró 20 minutos, la primera fase del bombardeo de ayer superó con mucho en intensidad al ataque del jueves. Las baterías antiaéreas iraquís martillearon de forma constante en su intento de derribar a los aviones norteamericanos y británicos. Varios minutos después, cayeron ya las primeras bombas. En un corto intervalo, se escucharon al menos cinco grandes explosiones, que generaron un tremendo estruendo que desató una anarquía sonora en que se mezclaban las alarmas de los coches y los ladridos de los perros.

Y es que, si se cuenta, resulta difícil de creer. Sin embargo, cuando se ven en persona, los bombardeos parecen realmente fuegos artificiales. Las balas trazadoras, que se utilizan para con su luz intentar localizar a los aviones enemigos iluminan el cielo. Le siguen los proyectiles antiaéreos que, como puntos rojos, recorren el firmamento en todas direcciones. El resultado acaba siendo un cielo hipnótico, lo que lo hace muy especialmente inconveniente pues atrae hacia las ventanas y los balcones a quienes deberían protegerse en los pasillos y lo más lejos posible de los cristales.

Anoche, las alarmas antiaéreas volvieron a sonar de nuevo en la capital iraquí y lo hicieron también por primera vez en la ciudad de Mosul, al norte.