El próximo viernes se presenta en Zafra un libro titulado La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz . Es un trabajo de investigación realizado por el historiador de Villafranca de los Barros Francisco Espinosa.

La obra, de casi 600 páginas, está editada por Crítica. En ella, además de otras aportaciones, se analiza la estrategia de las tropas del teniente coronel Yagüe en su avance por el sur de Extremadura camino de Madrid. Espinosa describe el clasicismo bélico del ejército de Franco: las tropas van tomando pueblo a pueblo sin dejar en la retaguardia posiciones republicanas activas.

Las columnas de Yagüe fueron un mal ejemplo de eficacia mortal: no hacían prisioneros, los mataban. Pero estratégicamente su actuación fue impecable. Si Donald Rumsfeld, Richard Perle, Dick Cheney, Paul Wolfowitz y demás pensadores del Pentágono hubieran leído la obra de Espinosa o el libro fundamental del cacereño Julián Chaves Palacios, La guerra civil en Extremadura. Operaciones militares , en lugar de dedicarse únicamente a sus negocios, no estarían haciendo ahora el ridículo más espantoso.

Cheney, Perle, Rumsfeld y Wolfowitz están relacionados con empresas de armas, petroleras y grupos como Halliburton, que trabajarán en la reconstrucción de Irak. El general retirado McCaffrey se pregunta en The Washington Post : "¿Por qué se empeñan en dirigir el ejército los hombres de negocios?".

Primero fracasaron en la diplomacia, ahora fracasan en la estrategia bélica. Si escucharan al francés Villepin o leyeran a los extremeños Espinosa y Chaves, habría menos muertos, menos errores y... ¡Vaya! Menos negocios.