El acoso estadounidense a Siria, país que está en la lista negra de EEUU y parece ser el siguiente blanco después de Irak, aumentó ayer notablemente con la amenaza, formulada por el secretario de Estado, Colin Powell, de aplicar sanciones "diplomáticas, económicas o de otra naturaleza", contra Damasco, por albergar a fugitivos del régimen iraquí, por permitir que ciudadanos extranjeros partan de su territorio hacia Irak para atacar a los soldados de EEUU y, sobre todo, por estar desarrollando armas de destrucción masiva, justo el argumento con el que la Casa Blanca atacó a Irak.

Siria "está tratando de desarrollar agentes (gases) nerviosos más tóxicos y persistentes", acusó el portavoz del presidente Bush, Ari Fleischer, esgrimiendo un informe de la CIA enviado al Congreso el año pasado, donde se afirmaba que Damasco tiene arsenales de gas sarín. Fleischer añadió además que es "altamente probable" que Siria esté tratando de conseguir también armas biológicas y recalcó que "tiene que cooperar con EEUU". "No deberían albergar a terroristas, ni producir armas de destrucción masiva", recalcó ominosamente el portavoz.

FALTA DE SINTONIA

En el Pentágono, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, remachó el clavo, asegurando que "hemos visto pruebas de armas químicas en Siria en los últimos 12 o 15 meses", pero eludió revelar si Washington tiene constancia de que miembros del régimen de Sadam hayan escapado a través de la frontera siria. "Algunos iraquís la han cruzado, en algunos casos para quedarse y, en otros, en tránsito", dijo.

Era de esperar que la Casa Blanca enseñase los dientes a Damasco, una vez vista para sentencia la guerra en Irak, dadas las tensas relaciones entre EEUU y Siria, país al que acusa de albergar a grupos terroristas como Hizbulá y que, además, se opuso al ataque contra Irak. Sin embargo, en este punto, la Casa Blanca no está en sintonía con su leal aliado, Gran Bretaña, que no quiere emprenderla contra Damasco.

Ayer, el primer ministro, Tony Blair, manifestó en Londres que había hablado con el presidente sirio, Bashir Asad, y que aceptaba sus afirmaciones de que no alberga a fugitivos iraquís. "No hay planes para invadir Siria", recalcó Blair. Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores sirio, Buthaina Shaban, rechazó las acusaciones de EEUU. "Las únicas armas químicas, biológicas y nucleares en la región están en Israel, que amenaza a sus vecinos y ocupa sus tierras", denunció.