La alcazaba de Badajoz fue el escenario escogido ayer por Cruz Roja para la clausura del programa Espacios Educativos Saludables, que ha contado con la participación de más de 1.000 niños en 32 municipios mayores de 5.000 habitantes de toda la región. El acto, en el que había preparada una convivencia de 130 menores (que han tenido dificultades para disfrutar de la última actividad programada, una yincana, debido a la lluvia), ha contado con la presencia de Sebastián Calvarro, presidente de Cruz Roja Extremadura; José María Vergeles, consejero de Sanidad, Políticas Sociales y Vivienda y Rosario Gómez de la Peña, concejala de Servicio Sociales de Badajoz.

Calvarro, el primero en tomar la palabra, aseguró que, pese a que el número de niños beneficiarios ha aumentado con respecto a la edición de 2014 (en torno a cien más), sí nota una "leve mejoría" en la situación social de algunas familias extremeñas. Así mismo, agradeció el compromiso del cuerpo de voluntarios de la Cruz Roja y manifestó que, sin ellos, no hubiera sido imposible esta iniciativa.

Por su parte, José María Vergeles, que cifró en 93.000 euros la cantidad invertida por la Junta de Extremadura en los Espacios Educativos Saludables, señaló que esta acción forma parte del plan para combatir la pobreza infantil del gobierno regional. El consejero recordó la importancia de dotar al programa de iniciativas complementarias al comedor, como las excursiones o las actividades deportivas, que "llenen de ocio" el verano de los jóvenes usuarios.

Por su parte, Gómez de la Peña recordó que en la ciudad de Badajoz se cubrieron 130 plazas y alabó a Cruz Roja por la labor realizada. La edil advirtió que, en ocasiones, las "administraciones no tenemos los recursos" necesarios para llevar a cabo estos programas, "sobre todo en el tema de monitores". "No ha habido ningún problema en esta edición, que es la tercera. Si hay necesidad, esperemos que el año que viene se puedan seguir realizando", finalizó.