El museo etnográfico González Santana de Olivenza presenta una lavadora antigua del año 1800. En Europa occidental, comenzó a difundirse la práctica de meter la ropa en una caja de madera y hacerla girar con una manivela. De esta manera se introduce en el viejo continente la noción de tambor rotativo . Pero las primeras máquinas de lavar ropa no surgirán hasta 1907. En ese año el norteamericano Alva Fisher crea la lavadora automática que ya incluía el giro del tambor para evitar el amontonamiento de la ropa. Esta lavadora es un cajón de madera de forma cilíndrica que se sostiene sobre tres patas. El mecanismo de funcionamiento se acciona a través de una manivela.