La asociación de discapacidad Apamex calcula que más de 150 bloques de pisos de Badajoz cuentan ya con ascensores habilitados en el exterior de estos edificios, como solución a sus problemas de accesibilidad. Estas estructuras se han colocado principalmente en patios interiores y también en las fachadas. Esta asociación calcula que puede haber otros 300 inmuebles que requieren este tipo de instalación y que por motivos diversos no se han habilitado, según los datos del presidente de Apamex, Jesús Gumiel.

Uno de los últimos y más llamativos ejemplos se está desarrollando en cuatro portales de los bloques 1 y 2 de la calle Rafael Lucenqui y 13 y 15 de la avenida de Villanueva, que comparten una solución común, con la instalación de cuatro ascensores en el patio interior colectivo. En la parte de atrás de sus soportales se habilitarán entradas secundarias que se convertirán en prioritarias porque las de acceso principal siguen presentando barreras arquitectónicas.

Entre los casos concretos donde no se han podido instalar aún están las conocidas como 500 viviendas de San Roque (con 60 bloques). Gumiel apunta que en esta zona la solución «es muy compleja» porque las viviendas son pequeñas y habría que invadir una parte de los pisos. También en Tierra de Barros y la avenida de Santa Marina, en La Paz y en el Casco Antiguo. Los que quedan pendientes dependen de que los vecinos se pongan de acuerdo y dispongan de medios económicos. Gumiel apunta que la gran dificultad por su complejidad se está presentando en edificios del Casco Antiguo, por los casos que están llegando a la Oficina Técnica de Accesibilidad de Extremadura (Otaex), dependiente de Apamex, que presta sus servicios de forma gratuita gracias a un convenio con la Junta.

El presidente de Apamex señala que los niveles de protección de los inmuebles del centro histórico de Badajoz dificultan la eliminación de barreras para hacerlos accesibles. Están protegidas las fachadas, las escaleras interiores u otros elementos singulares que complican una solución factible. «Hay que buscar cómo conjugar accesibilidad y protección porque, de lo contrario, los vecinos se marcharán», alerta el presidente de Apamex. Gumiel apunta que los informes que emite Otaex son «a la carta», bloque por bloque, estudiando la circunstancia de cada edificio, que es diferente a la del resto. «Hay ayuntamientos que no entienden este tema y se limitan a argumentar el nivel de protección, pero la ley nos ampara»

Asunción Muñoz, responsable de la Otaex, explica que la Ley 11/2014 de Accesibilidad Universal de Extremadura en su artículo 4 establece que en las intervenciones en edificios protegidos por razón de su valor histórico y artístico, se aplicarán las adaptaciones precisas para garantizar la accesibilidad. Es decir, «hay que conjugar accesibilidad y protección del edificio, hacer un estudio y ver la forma de que sea lo más accesible posible, aunque no se pueda aplicar la norma a rajatabla, pero sí lograr el mayor grado de adecuación», subraya. Para Muñoz, lo que establece la ley es que si un edifico está ocupado, sus inquilinos tienen derecho a poder instalar un ascensor, «porque si no, estos inmuebles se acaban abandonando». Muñoz no conoce casos a los que se les haya denegado pero sí reconoce que los trámites son complejos. Manifiesta que en Badajoz el ayuntamiento colabora «pero hay que seguir avanzando». A la dificultad en los trámites se añaden la técnica y la económica, por la propia estructura de los edificios, que en muchos casos pueden tener una sola vivienda por planta. «Pero el que vive en un primer piso o en un tercero tiene la misma necesidad que si hubiera 50 vecinos», comenta.